Opinión

Mis alegres insensibles

Es difícil catalogar la actuación, y permitidme la generalización, de la gente joven durante este último mes de la pandemia. No penséis que voy a hacer una crítica de ellos, si ellos son así, es porque han sido educados así.

Ya comenté en otro texto que no me iba hacer falta acudir a la sibila para discernir un poco el futuro más cercano. No íbamos a obtener una sociedad más cohesionada después de la pandemia.  Mis alegres insensibles están disfrutando como si no hubiera un mañana, como si la pandemia no existiera, y “cumplen las normas” para evitar ser sancionados y no por miedo a contagiar o ser contagiados. Esto lo he podido observar en bares de mi pueblo, con la que está cayendo ¡¡¡hay más gente en ciertos bares que en las fiestas patronales!!!

¿Por qué?  Han sido, y son, educados en el hedonismo, y su doctrina es la obtención de una satisfacción rápida como fin superior y fundamento de su vida. ​ No pueden permitir los educadores, en este caso los padres, tener unos hijos que se deban enfrentar a la frustración de no conseguir algún objetivo.

Creo que para ellos, la vida ajena vale poco. Lo han descubierto en cantidad de videojuegos, películas, videos, internet, aplicaciones móviles, etc. Y, lo peor, es que han sido capaces de trasladarlo a la vida real. Aquí parte el problema con los jóvenes hedonistas españoles: creyéndose protegidos e invulnerables, en la búsqueda egoísta del placer, buscan el placer como bien esencial y no buscan el bien para generar el placer.

Un artículo de La Vanguardia dice esto: “Según una investigación sobre cómo ha afectado la pandemia y el confinamiento a los españoles de 15 a 29 años presentada hoy por Fundación Pfizer y Fad, un 62,1% de jóvenes opina que es altamente probable que empeoRafare la situación económica en los próximos años y prácticamente un 60% destacan que empeorarán las oportunidades laborales y de futuro especialmente para ellos”. Yo, sinceramente, no los veo tan preoupados.

Según la agencia alemana GIM, para los centennials o  Generación Z (jóvenes entre 16 y 24 años), la diversión y las experiencias continúan siendo extraordinariamente importantes en sus vidas. ¿Tan importantes como para negar el uso de las vacunas? ¿Tan importantes como para no ser conscientes de los 70.000 muertos causados directamente o indirectamente por la COVID19? ¿Tan importantes para ponerse ellos en riesgo y a sus familiares más cercanos? La juventud no te vacuna contra la COVID19.