Pamplona/Iruña

Los coches 'aguantan' más con la crisis

Apretarse el cinturón. Esta es la consigna que han tenido que aplicarse la mayoría de las familias en los últimos años para llegar a fin de mes. De esta forma, aprovechar hasta el extremo todos los bienes se ha convertido en una máxima que ha tenido su principal reflejo en el automóvil.

Según el Observatorio del Vehículo de Empresa (CVO) promovido por Arval, los españoles estiran la vida de su viejo utilitario hasta los 10,7 años, lo que supone retrasar su cambio 18 meses más que antes de la crisis. Sin embargo, esta solución de ahorro sale cara en términos de siniestralidad.

Concretamente, el estudio de Arval –que recoge la evolución de la antigüedad del parque en los últimos cinco años por canal y tipo de vehículo-, muestra cómo a partir de 2010, fecha en la que terminó el Plan 2000E y se acentuaron las restricciones al crédito, cambiar de coche se convirtió en un lujo al alcance de tan sólo unos pocos.

No es de extrañar que con esta coyuntura, el rejuvenecimiento del parque no termine de arrancar. Si bien el impulso de las sucesivas ediciones del PIVE -con las que el Gobierno retomó en 2012 los incentivos a la compra-, ha evitado el desplome del mercado, lo cierto es que arrastramos un déficit de más de tres millones de matriculaciones en los últimos cinco años.

Este déficit unido al auge de ventas de coches 'mileuristas' que por su alta antigüedad y kilometraje se pueden pagar al contado por su bajo precio, han elevado la edad del parque hasta los 11 años de media, con los efectos negativos que conlleva para la siniestralidad.