Opinión

Los caciques de Na+

Cuando lograron mayoría absoluta en las elecciones, todas sabíamos que iban a ser cuatro años muy duros, que volvíamos a la Tudela monocolor e impositiva de UPN. No sé si es porque a UPN se le ha unido el PP y los antiforalistas de Ciudadanos (que, digan lo que digan, me sigue pareciendo vergonzoso que los que se autodenominan defensores de Navarra pacten con los que quieren quitarnos toda seña de nuestra identidad), o porque el nuevo alcalde de Tudela es la digievolución autoritaria de su predecesor, Luis Casado, pero me parece que estamos peor que nunca. También es posible que simplemente hayamos vuelto a lo mismo de siempre, pero que, después de cuatro años de entendimiento y de algo de luz por parte del Gobierno de Navarra y el Ayuntamiento de Tudela, siempre con muchos complejos, lo de siempre es mucho peor que antes.

Más allá de las políticas y las decisiones que toma este Ayuntamiento, cuyo análisis daría para largo, creo que lo más preocupante es la actitud. Solo hay que ver los plenos para darse cuenta de cómo funciona Na+: imponen sus propuestas sin hacer el mínimo esfuerzo por buscar unanimidad,  rechazan propuestas de otros grupos políticos porque no son suyas y después hacen otras iguales o muy parecidas… Ponen de manifiesto una actitud soberbia, nada generosa con el resto de partidos y asociaciones que representan a la sociedad tudelana tanto como ellos. La soberbia y la superioridad no la muestran solo ante las concejalas de otros partidos, sino ante toda la ciudadanía que piensa diferente a ellos, no dejando ningún margen para que otras realidades y otras formas de pensar se expresen, lo suyo es hegemonizar aplastando todo lo que no pase su filtro ideológico.

Me gustaría poner un par ejemplos que muestran lo que está pasando. En primer lugar, el tema del centro de Salud en el Barrio de Lourdes. Tanto PSN como Na+ llevaban en sus programas electorales la construcción de un nuevo Centro de Salud (así, sin decir dónde, ni cómo conseguir la financiación, ni nada de nada…), en contra de lo que decía el informe realizado por los profesionales del sector, según el cual no es necesario. Pasadas las elecciones, UPN sigue pidiéndolo (PSN ya no lo pide, ya que controla el Gobierno de Navarra y ya no es necesaria la confrontación), porque, claro, ellos son más listos y saben mejor qué necesidades tiene el Área de Salud de Tudela que los profesionales que trabajan día a día en ese área. Pero como pedir es gratis y obtienen réditos electorales, engañan a la ciudadanía con promesas vacías para confrontarnos con Pamplona, a ver si así, creando odio y confrontación entre navarras, dentro de 4 años UPN recupera el Gobierno de Navarra, que es lo único que les interesa.

Por otro lado, está el intento de destitución de Abel Casado como gerente del Consorcio EDER, y junto con él, el proyecto que se está llevando a cabo para el desarrollo de la Ribera. Parece ser que Casado no tiene el suficiente perfil político, es decir, que solo es un profesional que fue elegido tras un proceso de selección por sus capacidades. Y claro, a UPN eso no le gusta, quieren a alguien que más allá de que tenga o no las capacidades adecuadas, sea de UPN. Por esa razón, tenían la intención de destituir a Abel Casado y poner en el puesto a Pachi Yanguas, que, como no consiguió ser parlamentario, querían que fuese gerente del Consorcio EDER. Tenían la intención de hacerlo sin pasar ningún proceso de selección, ya que lo iba a designar el presidente del Consorcio, que es Alejandro Toquero, el alcalde de Tudela. Muy democrático y transparente, sí señor. El escándalo suscitado ha hecho que Toquero retire la propuesta de destitución y designación “a dedo” del sustituto de Casado, pero no sin la rabieta previa, amenazando con sacar a Tudela del Consorcio EDER, mostrando una vez más, la verdadera cara de Na+: imponer su voluntad a cualquier precio, por encima de las necesidades y el futuro de la Ribera.

Parece ser que los miembros de Na+ se olvidan de que, en teoría, vivimos en una democracia en la que todas y todos deberíamos tener los mismos derechos y oportunidades; y en la que las instituciones deben gobernar para todas las ciudadanas, no solo para aquellas que les hayan votado.

Edurne León Sánchez
EH Bildu Ribera