Alfaro

La problemática de las deposiciones en el agua vuelve a afectar a los usuarios de Ribotas

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El malestar de los usuarios de las piscinas municipales de Ribotas, en Tudela, vuelve a ser patente. El pasado sábado día 7, un nuevo excremento humano fue hallado en el vaso grande de la instalación, lo que obligó a los empleados municipales a privar del baño a los abonados, durante una media hora. Un tiempo que, por lo general, suele prolongarse hasta las dos horas, que es lo que cuesta aplicar el protocolo sanitario que dicta salud para estos casos. Es decir, vaciar la piscina en su totalidad, hiperclorarla, introducir el robot limpia fondos , llenarla de nuevo y analizar su nivel de cloro. Desde la apertura de este servicio municipal, son ya tres las ocasiones en que se ha repetido este desagradable episodio sin que, de momento, se haya dado con el origen de las cacas.

El edil de Deportes del Ayuntamiento de Tudela, Ricardo López, ha asegurado que “todo el departamento está pendiente del asunto y que tarde o temprano se solucionará”. Mientras, las quejas de los usuarios se multiplican por las horas de privación del servicio que el problema les puede acarrear de no hallarse pronto al responsable y por el riesgo que corre su salud. No obstante, los empleados municipales, guiados por el médico deportivo de la instalación, aseguran que una deposición humano no altera el estado de miles de litros de agua juntos. Tales afirmaciones están avaladas por los análisis rutinarios a los que se somete el líquido y por otro semanal que se realiza en el laboratorio y en el que se miran varios componentes, entre ellos los orgánicos. “Los resultados hasta ahora han sido buenos y cada día se emite un parte que colocamos en el tablón para conocimiento de los usuarios”, explican desde la conserjería de Ribotas.

Los empleados de la instalación municipal y socorristas se sienten en el punto de mira de los usuarios que les acusan de no estar haciendo lo suficiente para solucionar el problema. “Para nosotros es igual de desagradable o más, pero es muy difícil saber de donde provienen los excrementos pese a que estamos en alerta todo el tiempo”, dicen.

Como se recordará, el verano pasado este problema ya afectó a la instalación tudelana sin que se llegara a descubrir al culpable. Y en 2005, un grupo de usuarios fueron expulsados por la misma cuestión. Fuentes médicas han informado al edil de Deportes de que, en esta ocasión, puede tratarse de vandalismo pero también cobra importancia la tesis de que el origen de las deposiciones sea alguna persona discapacitada o con problemas, e incluso niños. “Si es gamberrada, el responsable no volverá a pisar las instalaciones. Si es alguien con algún tipo de problema lo resolveremos discretamente”, dice López.