Opinión

Invertir en futuro

Estas semanas hemos ido conociendo las medidas que va a poner en marcha el Ayuntamiento de Tudela para hacer frente a esta crisis socio-sanitaria. De momento, hemos tenido conocimiento de dos bloques de medidas, una con un valor de 500.000 euros destinados a servicios sociales y una segunda de 700.000 euros con el objetivo de paliar la situación en la que se encuentra el pequeño comercio de nuestra ciudad, que ha sido el más perjudicado. Mientras el Corte Inglés, Amazon y Zara han seguido enriqueciéndose, aprovechando la situación actual para seguir vendiendo al por mayor a través de internet, nuestro pequeño comercio, nuestras vecinas y vecinos, fueron los que por responsabilidad con la ciudadanía cerraron sus puertas y se quedaron en casa, o mantuvieron sus negocios abiertos con grandísimas dificultades y viendo cómo una vez más el grande se comía al pequeño.

Respecto a las medidas adoptadas por este Ayuntamiento, creemos que su principal objetivo es el de dar respuesta a la situación actual, sin poner la vista en lo que vendrá pasado mañana. Desde EH Bildu creemos que es necesario un plan estratégico multidisciplinar que, más allá de solventar las necesidades inmediatas, tenga en consideración y planifique a futuro. Esto adquiere más importancia en estas circunstancias, cuando todas y todos somos conscientes de que vamos a sufrir la mayor crisis económica de nuestra época en los próximos años.

Junto con la necesidad de soberanía que siempre hemos defendido (y que ahora tan vehementemente defienden PP y UPN), ya que, como es lógico, son las instituciones más cercanas a la ciudadanía las que saben cuáles son las necesidades de esta y deberían ser soberanas para decidir en qué y cómo invertir su dinero, es también necesario hacer un diagnóstico y una previsión. Analizando cuáles serán los sectores más golpeados por la crisis y haciendo inversiones que más allá de solventar el futuro inmediato, tomen en consideración y repercutan en la estabilidad económica y social de los próximos años. De poco sirve invertir 1,3 millones de euros en medidas que agotarán ese dinero en dos meses sin un plan posterior; como se suele decir, es pan para hoy y hambre para mañana. ¿Qué pasará de aquí a dos meses con los bares, hoteles y pequeños comercios? ¿Ya no necesitarán más ayuda? ¿Se sacará otro millón entonces y otro más de aquí a 5 meses y así sucesivamente? ¿Más allá de salvar el presente, qué repercusiones tienen las medidas adoptadas por el Ayuntamiento? ¿Gastar 1,3 millones en dos meses salvará a miles de familias de una crisis económica que según todos los expertos durará como mínimo dos años?

Desde EH Bildu creemos que una crisis como la actual necesita un plan estratégico a largo plazo y sobre todo pluralidad y trabajo en equipo. En la elaboración de este plan tienen que participar todos los diferentes agentes políticos y sociales de la ciudad, junto con la ciudadanía y los profesionales de los diferentes sectores. En estas circunstancias es necesaria la pluralidad: opiniones de diferentes ámbitos y perspectivas para que todas juntas planifiquemos cómo salir de esta crisis. Es indispensable gestionar adecuadamente los recursos de los que el Ayuntamiento dispone. No vale contar con ayudas o ingresos que suponemos que vendrán o que alguien nos dará. Por el bien de la población, es necesario ser rigurosos, planificar los próximos años con lo que tenemos y con lo que estamos seguros de que va a venir, sin brindis al sol y sin suposiciones o malabarismos. La ciudadanía se lo merece.

Como hemos dicho anteriormente, desde nuestra formación podemos estar más o menos de acuerdo con las medidas aprobadas para hacer frente al futuro inmediato, pero sí que queremos hacer un apunte respecto a las medidas del ámbito de servicios sociales. Nos sorprende la falta de consideración que se ha tenido con diferentes entidades sociales que tan importantes son para Tudela, en especial con Villa Javier. Un Ayuntamiento con unos servicios públicos fuertes debería ser capaz de proteger a la ciudadanía y ofrecer los recursos suficientes como para que todos los ciudadanos tengan qué comer y no es así. Eso hace que personas comprometidas se organicen y den los servicios a los que este Ayuntamiento no llega, con el fin de que nadie se quede atrás. Si ya es lo suficientemente grave que la sociedad civil tenga que organizarse para dar los recursos que las instituciones públicas no son capaces de dar; lo es todavía más que cuando esta entidad no puede hacer frente a su labor, el Ayuntamiento no derive la financiación y los recursos necesarios para que puedan seguir trabajando. Una vez más, en esta situación de incertidumbre y ante la mayor crisis de las últimas décadas, es el sacrificio y la solidaridad de la sociedad tudelana la que va a lograr que la gente no pase hambre; mientras, su Ayuntamiento amplía la financiación a puestos de libre designación de dudosa utilidad. En una democracia, son los responsables políticos los que deberían velar por el bienestar de las personas, los que deberían garantizar nuestros derechos civiles y los que se asegurasen de que nadie se queda atrás, pero vemos que no es así.

Como dice el sociólogo César Rendueles, “pensar que los derechos civiles son para cuando nos los podemos permitir es sencillamente no creer en los derechos civiles”. Las medidas tomadas por este Ayuntamiento y la falta de planificación demuestran que los derechos civiles de todas las personas que vivimos en esta ciudad no son una prioridad para ellos, y que por lo tanto dan mayor valor a unas vidas que a otras. Si en tiempos de excepcionalidad no creemos que todas las vidas valen lo mismo y tienen los mismos derechos es que, realmente, tampoco lo creíamos antes. Está claro que ellos nunca lo creyeron.