Opinión

Información y cultura

Vivimos un momento histórico en el que la información está al alcance de todos. No me refiero solo a noticias, sino a datos científicos, culturales, etc. Debería traslucirse en un aumento de la cultura y de la formación como ciudadanos. Todos podemos saber un poco de todo, y más de temas que nos interesen. En principio es positivo, porque todo lo que suponga que lo miembros de la sociedad seamos más cultos, debería traslucirse en que somos más formados, más informados y más difícilmente manipulables.

Así debería ser, pero no lo es. Estamos en una época de decadencia. Sabemos más, o al menos tenemos posibilidades de saber mucho más, casi de todo. Hay muchas publicaciones en papel, en las redes, medios de comunicación, televisiones, medios digitales, etc., que están al alcance de cualquier ciudadano, pero que no se trasluce en aumento del nivel cultural de la población. Sabemos muchas cosas, tenemos muchos conocimientos, pero no los tenemos introyectados. Son conocimientos superficiales, sin enjundia Sabemos más, pero reflexionamos menos. 

Pero insisto, a mi juicio, estamos en una época de decadencia. Nunca como ahora ha existido la posibilidad de manipular a la sociedad, incluso llegando a la intoxicación. Los medios de comunicación, la mayoría, están en manos de poderes económicos y políticos que los emplean, no para formarnos más, no para hacer una sociedad más sabia, más justa, más concienciada, sino para manipularnos, en pro de sus intereses partidistas políticos, de grupo, o económicos. Este es el gran problema en este momento: la manipulación del ciudadano.

Además, no todo lo que está en las redes es cierto. Por una parte, están las noticias falsas manejadas por grupos interesados; hay multitud de opciones sobre muy diversos temas, pero muchos de ellos no verificados; es fácil que tengamos acceso y podamos opinar sobre cualquier tema. Pero todo lo que hay no es de calidad, no tiene enjundia, no está demostrado, o está destinado a manipular. Entre tanta maraña de información es fácil desorientarse y beber conceptos falsos.

Por último, lo más importante. Debemos estar formados, siempre, y más en este momento, en la reflexión y en el análisis cuidadoso de lo que leemos y de lo que pretenden vendernos a veces como ideales. Eso se logra formando nuestra capacidad de juicio. No es cuestión de tener muchos conocimientos, sino primordialmente de formarnos en la independencia, en la honradez intelectual y tener criterio propio. Hay que revisar lo que intentan vendernos, sobre todo los partidos políticos, asociaciones, grupos económicos, líderes, etc. Seguramente no pretenden informamos justamente, sino que les “compremos” su mercancía, e incluso que nos hagamos acólitos de sus grupos; en definitiva, utilizarnos.