Opinión

Héroes y filibusteros

La mayoría de las personas somos normalitas: hacemos nuestro trabajo mejor o peor, dependiendo de nuestra motivación que, a su vez, depende de si realizamos quehaceres que nos satisfacen, nos sentimos bien o mal pagados, etc. Pero la mayoría, considero que intentamos hacer bien nuestro trabajo diario e intentamos ser espectadores honrados del mundo que nos toca vivir.

También la mayoría, somos espectadores más o menos motivados de los aconteceres de la vida política, siendo conscientes de que podemos hacer muy poco para cambiar el rumbo que en cada momento discurre; sólo el voto cada cuatro años y, poco más. Es decir, nuestra influencia en el devenir social es muy limitada, además, teniendo en cuenta que estamos muy manipulados por los diversos poderes que utilizan los medios de comunicación interesados, que son los que crean opinión entrando en nuestras propias casas en ese momento íntimo de descanso frente al televisor: nos cuentan sus tergiversadas noticias y sus análisis interesados, aderezados e intercalados con programas de consumo fácil y frívolo.

Realmente y en teoría, somos una sociedad libre, pero tremendamente manipulada, y, lo más grave, es que no somos conscientes de ello.

Hay unos pocos héroes, que son críticos con el poder de turno, que son independientes, que se sienten la conciencia de la sociedad, pero muchos de ellos, una conciencia que tiene muy poca resonancia, solo el eco, que les sirve a ellos y da sentido a sus vidas. Pero son pocos. Lo normal es ser manada, ser gregarios, con los que la sociedad no progresa a mejor. Sí, con los idealistas responsables.

Lo que priman son los filibusteros, las jaurías, que suelen ser los acólitos de los poderes correspondientes, de los que obtienen beneficios o esperan obtenerlos. Son los que hacen el trabajo sucio, el trabajo soterrado y en las redes sociales. Suelen ser bastante incompetentes, pero también, malos y agresivos.

Las ideologías de algunos partidos se han convertido en religiones fundamentalistas, con su componente de supremacía moral, que permite a sus “conciencias” utilizar sistemas coercitivos incluso violentos, similar a las religiones de hace siglos, que llegaban a quemar en la hoguera a los discrepantes.

Es preciso que los ciudadanos vayamos tomando conciencia de lo importante y necesario que es informase bebiendo de diversas y plurales fuentes, para tener criterio y no dejarnos manipular. Y en el ámbito de cada cual, ser honrados intelectualmente e intentar contribuir para que este mundo sea un poco mejor, donde primen las libertades, el estímulo al esfuerzo, la excelencia, la justicia social, todo en el mismo plano, no dejando a nadie por el camino; apartándonos de los profetas de planteamientos totalitarios, que han demostrado sobrada y repetidamente en la historia sus enormes fracasos, y han ocasionado además de miseria, mucho sufrimiento a la población.