Tudela

Hacia el encuentro de la Felicidad

Y entonces, dentro de este maremágnum conceptual, ¿en qué marco utilizar la palabra Felicidad? En un marco que haga referencia a:



Bienestar personal. Una experiencia de alegría y satisfacción. Compuesto de pequeños momentos, de pequeños acontecimientos, vividos en el día a día. En el ahora. Sensación interna

de que nuestra vida tiene significado

y valor y merece la pena vivirla.



¿Dónde “buscar” la felicidad?:

En tu interior, en tu riqueza interior compuesta por tus principios y valores, por tus creencias, por tus pensamientos y emociones…, que sostienen tu singularidad, tu individualidad como persona y que, a la vez, configura tu propia y personal interpretación del mundo exterior.



¿Cómo “encontrarla”?:



El primer paso es que reconozcas que tu aspiración de extender e intensificar tu felicidad no es una utopía, una quimera, una ilusión, un capricho personal y transitorio, sino, más bien, constituye una condición propia de las personas y tienes derecho y también obligación de intentar vivir una vida más feliz.



El segundo paso, es que descubras, cultives, practiques y protejas, si es necesario, TU FELICIDAD, es decir, que asumas la responsabilidad de construir tu felicidad. Nadie más lo puede hacer por tí y por otro lado, nadie más tiene “la culpa” de que no lo consigas. Es tu proyecto vital, personal, único, irremplazable e intransferible.



Por lo tanto, SÍ puedes ser más feliz. SÍ puedes disfrutar de una vida de mayor calidad. SÍ puedes encontrar significado y valor a lo que haces. SÍ puedes vivir con menor estrés y mayor salud. SÍ puedes gozar de relaciones y trabajos de mayor profundidad y valor.



Es el momento de plantearte una cuestión cuya respuesta te abrirá diferentes puertas.



La primera puerta te conducirá hacia un camino que conoces desde donde partes, dispones de un horizonte de referencia, pero no sabes dónde vas a llegar. Un filósofo griego comentó que lo importante no era llegar a Ítaca, la tierra prometida, sino el bagaje que se va acumulando en el camino. Este camino te proporcionará mucho bagaje, mucho crecimiento interior y una vida de mayor significado. "Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca debes rogar que el viaje sea largo, lleno de peripecias, lleno de experiencias. No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes, ni la cólera del airado Poseidón", (K. Kaváfis).



La segunda puerta, te conducirá hacia un camino mucho más conocido, mucho más predecible. Conoces dónde estás y sabes dónde vas a llegar; más o menos a dónde estás ahora. Repetirás continuamente ciclos, patrones y comportamientos y, por lo tanto, obtendrás prácticamente, los mismos resultados que hayas obtenido hasta ahora. La pregunta es muy sencilla:



¿Estás dispuesto a asumir la responsabilidad de la construcción de TU FELICIDAD, o prefieres postergarlo, dilatarlo, delegarlo, y continuar excusándote, quejándote, y reprochando a los demás si no lo consigues?



Esta mañana desperté emocionado con todas las cosas que tengo que hacer antes que el reloj sonara.



Tengo responsabilidades que cumplir hoy. Soy importante. Mi trabajo es escoger qué clase de día voy a tener. Hoy puedo quejarme porque el día está lluvioso o puedo dar gracias porque las plantas están siendo regadas. Hoy me puedo sentir triste porque no tengo más dinero o puedo estar contento que mis finanzas me empujan a planear mis compras con inteligencia.



"Hoy puedo quejarme porque tengo que ir a trabajar o puedo gritar de alegría porque tengo un trabajo. Hoy el día se presenta ante mí esperando a que yo le de forma y aquí estoy, soy el escultor", (Mario Benedetti).



Ésta es tu decisión. Voy a ser absolutamente franco contigo. Si eliges el camino de asumir tu responsabilidad, éste no va a ser, ni sencillo ni inmediato. Va a requerir mucho esfuerzo, valentía, muchas veces, “nadar contra corriente”, tenacidad y acción, pero considero que vivir es una hermosa aventura que merece la pena intentar y disfrutar. Feliz viaje.