Navarra

Habrá homenaje para los fallecidos durante la COVID-19

El Gobierno de Navarra, entidades locales y asociaciones están promoviendo la organización de actos de despedida y homenaje a las personas fallecidas durante la COVID-19.
Elena Antoñanzas, jefa de la Sección de Ciudadanía Sanitaria y Aseguramiento; Juan Carlos Castillo, presidente de la FNMC; Carlos Artundo, director general de Salud; Rakel Mateo, directora de Goizargi;  y María Lainez, trabajadora social de Atención Primaria
photo_camera Elena Antoñanzas, jefa de la Sección de Ciudadanía Sanitaria y Aseguramiento; Juan Carlos Castillo, presidente de la FNMC; Carlos Artundo, director general de Salud; Rakel Mateo, directora de Goizargi; y María Lainez, trabajadora social de Atención Primaria

El Gobierno de Navarra, la Federación Navarra de Municipios y Concejos (FNMC) y diversas asociaciones, por iniciativa surgida en la Comisión para la Transición en Navarra, han creado un grupo de trabajo sobre el duelo en el que proponen realizar actos de despedida/recuerdo y de homenaje a todas las personas que fallecieron durante la pandemia y que no tuvieron su despedida porque quedaron suspendidos todos esos actos.

El grupo cuenta, además, con la participación de profesionales de Atención Primaria, Salud Mental, Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra, Educación, Confederación de Federaciones y Asociaciones de Personas Mayores, Jubiladas y Pensionistas de Navarra, y Colegio Oficial de Psicólogos de Navarra. También se han recogido necesidades e iniciativas de asociaciones de pacientes y familias.

Las iniciativas y acciones propuestas por el grupo de trabajo sobre el duelo se han presentado esta mañana en rueda de prensa, en la que han participado el director general de Salud, Carlos Artundo; el presidente de la FNMC, Juan Carlos Castillo; y la directora de la Asociación Goizargi, Rakel Mateo.

A nivel local, se plantea promover, de acuerdo con las familias y las redes de trabajo comunitario, iniciativas como la celebración de eventos, impulsados por los ayuntamientos y concejos, sensibilizar a la ciudadanía en general a que organice actos de despedida a nivel familiar, y facilitar los espacios y medios necesarios para poder realizarlos. Todo ello con el objetivo de hacer patente la realidad de la muerte y proporcionar un ritual público donde decir adiós y expresar sentimientos.

Acciones a nivel local y familiar

Son varias las iniciativas que plantean ante el duelo, como la creación de páginas web municipales en las que se incluya un espacio virtual para “despedidas” de fallecidos y fallecidas durante la COVID-19; la cesión de locales municipales y permisos de uso de espacios públicos para realizar los actos de celebración y homenaje comunitario, contando con la voluntad de las familias; homenajes en los cementerios con flores; o plantar árboles en recuerdo a las personas fallecidos..

En este sentido, la FNMC va a remitir una invitación de las entidades convocantes a todas las entidades locales con propuestas concretas a valorar y concretar a nivel local y de acuerdo con las circunstancias y voluntad de las personas implicadas.

Desde estas entidades también se recomiendan acciones a nivel familiar para organizar en su caso actos de despedida: escribir una carta para compartirla con los seres queridos y hacer un pequeño homenaje presencial; grabar un vídeo de estos homenajes y compartirlo en redes sociales con amistades; escribir cartas para expresar los sentimientos de tristeza, rabia, mensajes de agradecimiento.

Acciones todas ellas que ayudan a aceptar la muerte del ser querido y que marcan el inicio del proceso de duelo.

La importancia de la despedida

Estas despedidas marcan el inicio del proceso de duelo y tienen una importancia vital en la aceptación y elaboración de la pérdida.

La pandemia ha dejado muchas pérdidas y también muchas despedidas que no ha sido posible realizar. Al dolor por estas muertes, repentinas e inesperadas, hay que añadir el que han generado las normas de aislamiento del estado de alarma que han impedido la cercanía física normal en el final de vida: restricciones en los acompañamientos y en el número de asistentes a los tanatorios, el no poder acudir o tener que asistir por separado al cementerio en un proceso rápido o la ausencia de funerales. Situaciones difíciles de comprender y vividas con gran impotencia, frustración y extrañeza.

La imposibilidad de llevar a cabo las despedidas de los seres queridos deja la sensación de tarea inacabada, de que algo quedó pendiente. La no participación de las personas queridas y la ausencia de apoyo social en estos rituales de despedida o proceso de enfermedad pueden provocar emociones intensas de culpa, angustia, rabia, injusticia, etc. que no hacen sino aumentar el dolor propio del duelo pudiendo llegar a complicarlo.