Opinión

La gente no quiere democracia

Es incómodo pero es así, y es un resultado más de la polarización social a la que nos están forzando la gran panda de idiotas interesados que nos gobierna.

Miremos donde miremos encontramos ejemplos similares a lo ocurrido en el Capitolio de Washington DC. Grandes grupos de peones con la única intención de imponer su voluntad al resto. Mal perdedores o mal ganadores de uno u otro pensamiento.

El problema radica en que los grandes grupos de pensamiento no conciben lograr sus objetivos con diálogo, pactos y tolerancia a la diversidad, si no con imposición y totalitarismo. Lo único que mantiene la espada de Damocles sujeta es el turnismo conveniente para mantener a las camarillas contentas y con los estómagos llenos.

Todo durará hasta que algún insurrecto, cualquier fantoche populista que crea sus propias mentiras mande la poca democracia que ya tenemos a freír espárragos.