Opinión

Garantizar la enseñanza en castellano no garantiza nada

El gobierno español tiene pensado utilizar el artículo 155 de la Constitución para, según dicen, “garantizar la impartición del castellano en las aulas de las escuelas catalanas”. Hay tanto que decir sobre esta frase que me resulta difícil saber hasta por dónde empezar.

En primer lugar, debo manifestar mi sensación de que el único interés que el gobierno del Partido Popular tiene al trasladar a los medios esta clase de batalla por la lengua es forzar la investidura de un President de la Generalitat. Esto es, se trata de mantener una actitud belicista para forzar que se produzca una investidura cuanto antes (todo sea para evitar que intervengan en la educación catalana) y pasar página de este procés

 En los últimos años tan solo doce alumnos han decidido cambiarse de un modelo de inmersión lingüística en catalán a otro en castellano. Doce alumnos en una Comunidad de siete millones y medio de habitantes. Hagan ustedes los cálculos de cuánto se demanda aquello que el gobierno tiene ahora la necesidad de “garantizar”. En realidad no pretenden garantizar nada. Lo que quieren es dar la batalla a Ciudadanos. Erigirse como defensores de la patria y de lo español ante un partido que está destrozando al Partido Popular en las encuestas y abriéndolo en canal. 

El sentimiento independentista no tiene nada que ver con el idioma en el que se hable. No tiene que ver con la educación catalana. Los datos muestran que no es mucho mayor el número de independentistas de aquellos que han cursado bajo un sistema educativo de inmersión lingüística que los que lo hicieron durante el franquismo. A la hora de la verdad, conviene recordar un aspecto fundamental, que bien estaría que se aplicasen en otros territorios, sobre todo en Navarra: saber más de una lengua es una ventaja. 

Esta afirmación, que a priori resulta obvia, parece mentira que a día de hoy tenga que ser explicada, pero a veces las circunstancias nos obligan cuando se escuchan lamentos en Navarra sobre la proliferación de Ikastolas o de un modelo de enseñanza de inmersión en lengua vasca. Ser bilingüe es mejor que ser monolingüe. Y el Estado garantizará que nuestros hijos puedan cursar su educación exclusivamente en español y no hacerlo en euskera si no queremos, pero tengamos una cosa clara: quien se forma en euskera maneja también el español, mientras que quien tiene como lengua vehicular el español no se suele defender en euskera. Saber más de una lengua es una ventaja, garanticemos no el español, sino la inmersión lingüística. Insistimos, saber más de una lengua es una ventaja, luego nos lamentaremos de no haber aprendido una por prejuicios y nos daremos cuenta de muchas de las cosas que nos hemos perdido.