El Ayuntamiento de Fitero inauguró, coincidiendo con el 150 aniversario de la muerte de Gustavo Adolfo Bécquer -falleció el 22 de diciembre de 1870-, un monolito en homenaje a la figura del famoso poeta andaluz del Romanticismo vinculado con la localidad ribera, donde visitó su balneario en varias ocasiones y en la que ubicó dos de sus leyendas, La cueva de la Mora y El Miserere. La obra, situada a la entrada de la villa desde el balneario, concretamente en ‘La Mejorada’, consta de una silueta de la cara del poeta y la inscripción ‘Fitero a Bécquer’ realizado todo en metal, además de iluminación. Su autor ha sido el fiterano Diego Pastor, de la empresa de diseño en metal Falsa Escuadra.
El acto de inauguración, que se desarrolló con un reducido número de invitados y con la niebla como protagonista, contó con la presencia del alcalde de la localidad, Miguel Aguirre; la concejal de cultura, María Aliaga, el Diputado de Soria, Enrique Rubio; el director general de Cultura del Gobierno de Navarra, Ignacio Apezteguía; y el doctor en Ciencias Físicas e Historia, Serafín Olcoz; además de miembros de la corporación municipal, el gerente del Balneario de Fitero y el propio autor de la obra.
Olcoz realizó una breve intervención en la que contextualizó el paso de Bécquer por Fitero. Por su parte, Apezteguía consideró que iniciativas como esta sirven “para poner en valor” lo que suponen los ‘clásicos’ para el patrimonio cultural español.
Enrique Rubio afirmó que “si quieres ser eterno, lo mejor es que un poeta o un escultor se enamore de ti, y Bécquer lo hizo con Fitero, Soria o Aragón”. Tras recordar que prácticamente todos los actos que se habían previsto para el 150 aniversario del fallecimiento de Bécquer se han visto truncados por la pandemia de la covid-19, dijo que, no obstante, “habrá que seguir trabajando ahora y en el futuro conjuntamente Navarra, Aragón y Soria”.
Precisamente la inauguración de esta obra es uno de los pocos eventos en recuerdo al poeta que se han podido realizar de todos los previstos en Fitero. Los otros han sido la instalación de un mural dedicado a Bécquer entre el paseo de San Raimundo y la iglesia, una lectura de la leyenda La cueva de la Mora por parte de fiteranos de todas las edades, y dos concursos infantiles de dibujo y redacción. Entre los muchos actos suspendidos pero que se retomará, estaba el trabajo en conjunto de distintas ciudades en las que el poeta dejó huella.
