Fueron muchos los testimonios de agradecimiento que los rinconeros hicieron llegar a la Cofradía por la celebración de la fiesta, justo en un momento difícil para la localidad riojabajeña, puesto que, igual que para el resto del país, coincide con el incremento de casos de personas contagiadas por la COVID-19, en plena tercera ola.
Los actos comenzaron el sábado 16 de enero, a las 10 de la mañana cuando se expuso al Santo en Avenida Navarra, número 12, para que todo aquel vecino y cofrade que quisiera se pasase a honrar al Santo y cumplir con la Caridad. La afluencia de personas fue constante durante todo el día, de hecho, se decidió mantener al Santo de manera ininterrumpida hasta las 17 horas, sin parar al medio día. La Cofradía decidió cumplir con las restricciones que justo comenzaron ese día y ajustarse al horario, aunque justo a esa hora, eran numerosos los rinconeros que de manera escalonada y cumpliendo con el distanciamiento social seguían acercándose. De hecho, se sabe que muchas personas se quedaron sin poder ver al Santo como hubiesen querido. Los que tuvieron la oportunidad de acercarse hasta la hornacina de San Antón agradecieron la oportunidad de poder honrar a su querido Santo. Fueron muchos los cofrades que hasta allí se acercaron, pero también rinconeros de todas las edades, abuelos y niños, incluso hubo vecinos que acudieron con sus animales para que San Antón los bendijese y les diese protección.
Entorno a la especie de altar instalado se expusieron un conjunto de elementos representativos y propios de la festividad y tradición de San Antón. Desde un cerdito a un rosco, leña, patatas, vino en porrón, la campanilla de la aurora, una parrilla para asar, o una guitarra para acompañar los cánticos tradicionales propios del día.
A las 12 del mediodía tuvo lugar uno de los momentos más emotivos de la jornada, porque con el repique de campanas, un grupo de unas 20 o 30 personas, siempre manteniendo la distancia, cantaron la Aurora de San Antón. Al quedar suspendida la Aurora de la madrugada sería la única ocasión que este año las calles de Rincón oirían la tradicional canción.
A lo largo del día, tuvo una gran difusión el vídeo que, desde la Cofradía de San Antón, se preparó para la ocasión aprovechando la oportunidad que, en este sentido, propician los medios digitales. Se trataba de un recopilatorio de imágenes desde los años sesenta hasta la actualidad, con una duración de unos 16 minutos. Un vídeo muy emotivo para todas aquellas personas con espíritu “sanantonero”. Estas fotografías históricas forman parte de la recopilación que se lleva haciendo desde hace años y sirvió para dar a conocer tanto la historia de la Cofradía, cuyo origen se remonta a 1828, como a la propia tradición de la festividad de San Antón en el municipio. Sin lugar a dudas, un documento de enorme valor etnográfico por todo su amplio contenido.
Durante la tarde noche se comenzaron a colocar velas y luces por los balcones y ventanas de muchos hogares rinconeros, para representar las tradicionales hogueras que se hubiesen realizado en una situación normal. Y más este año, que, al caer la festividad en fin de semana, hubiesen sido unos días grandes para Rincón. Pronto las redes sociales se llenaron de imágenes con estas velas o luces que representaron el fuego de San Antón.
El día 17 de enero, hubo dos eucaristías en honor al Santo, a las 9:30 y a las 12. En las que se aprovecho para colaborar con Cáritas y recoger productos de alimentación, limpieza o higiene personal para los más necesitados teniendo en cuenta las consecuencias de la crisis sanitaria del momento.
El lunes, 18, a las 18:30 tuvo lugar la misa por los cofrades difuntos, con la que se ponía fina a los actos en honor a San Antón.
Cerramos esta nota de prensa con uno de los agradecimientos que vecinos rinconeros enfermos por el virus, en estos momentos, hicieron llegar a la Cofradía: “Cada cohete anunciador de la fiesta y los repiques de campanas son un aliento de esperanza y ánimo para los que desde casa estamos padeciendo la enfermedad. Muchas gracias y Viva San Antón”.
