Opinión

Faltan niños, la música vital

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El tenor madrileño Plácido Domingo reclamaba hace unos días una hora semanal de música en los colegios. "Sin explicar nada. Sólo se debe preparar de forma divertida", sugirió.

"Hay que ponerles música -dijo-. Es necesario darles ese regalo", insistió. Y tiene toda la razón.

La música es el lenguaje más internacional, el más políglota, el más sentido, el más natural y a la vez sincero y propio. Lo triste es que una vez que haces tuya la reflexión de este abuelo, te das cuenta de que la música que más falta, son las melodías que vierten los niños por las calles cuando juegan, ríen, saltan y se entretienen y divierten.

Entonces, un halo de tristeza te recorre por dentro, porque descubres, con la reflexión propia del silencio natural del ruido infantil, que nuestras calles están casi vacías de pequeños... ¿Qué está pasando con la natalidad? ¿Qué le ocurre a esta sociedad que se olvida del llanto infantil -la música de la vida- y se ensimisma y regodea en vicios, saraos y miles de estupideces?

Es cierta la apuesta de este famoso tenor, Plácido Domingo... ¡Hay que escuchar música! ¡Pero somos los adultos quienes más la necesitamos, porque hemos perdido el norte, nuestro norte sonoro más vital!