Opinión

Estadísticas

Con el asunto del dichos coronavirus las estadísticas nos abruman. ¿Qué debemos saber para comprenderlas? ¿Dicen toda la información? ¿Ocultan algo? 

Uno de los objetivos de las autoridades sanitarias es lograr el “aplanamiento de la curva”. Para comprender la idea, usaremos números sencillos. Supongamos que hay 100 contagiados, los cuales pasan a 120; después pasan a 150, después pasan a 200. El incremento de contagiados en cada caso es de 20 (120 menos 100), 30 (150 menos 120) y 50 (200 menos 150). Lo primero que se debe lograr es que es incremento pase a ser decreciente. Es decir, que después de llegar a 200 en el siguiente nivel haya un número de contagiados menor de 250. Si por ejemplo es 240, la cosa ya empieza a ir mejor. Cuidado, los contagiados siguen subiendo. Lo que disminuye es la tasa de aumento de contagiados.

A la hora de hacer la tasa de aumento de contagiados es mejor valorar resultados absolutos, no relativos. Si los contagiados pasan de 100 a 120 hay 20 enfermos más (un 20%). Si pasan de 1000 a 1100 en términos relativos hay un 10% más, si bien el incremento absoluto es de 100 enfermos. Así que atentos a ese matiz.

El siguiente paso, el cual permite controlar la epidemia, es que el número de altas sea superior al de contagiados. Así a medio largo se logra la erradicación de la enfermedad, si bien hay otros riesgos futuros como posibles mutaciones del virus o rebrotes de contagiados. Sí, es un trabajo complicado.

Por otro lado, hay datos más estables que otros. Por ejemplo, el número de fallecidos es conocido; los enfermos no. Si conocemos la tasa de letalidad, aproximadamente del 2%, cabe suponer que en España haya más contagiados de los que dicen las estadísticas.

Son delicadas, las estadísticas. A veces no dicen lo que pretenden decir, y no pueden valuar intangibles como el ánimo o la moral.

Sin embargo, son necesarias para aproximarnos a la realidad.