Opinión

Esfuerzo y humildad

La reacción de Ferraz ante las pretensiones del PSN del pacto con NaBai e IU deja una crisis profunda en la agrupación socialista navarra y da la oportunidad a Miguel Sanz de gobernar de nuevo, aunque esta vez en minoría, lo que se traducirá, o debe traducirse, en un positivo esfuerzo para llegar a un entendimiento con el partido socialista y que las políticas sociales que propugna éste se hagan un hueco importante en el proyecto de gobierno de los regionalistas para los próximos cuatro años . La nueva situación va a exigir a Miguel Sanz (ya ha empezado a hacerlo) a rodearse de un equipo de gobierno flexible, dialogante, muy preparado técnicamente y con ganas de afrontar una etapa en la que Navarra se juega mucho.

Carlos Chivite ha asegurado que en la votación para la elección de Miguel Sanz como presidente, no habrá sorpresas de última hora y se producirá la abstención de los parlamentarios del PSN, algo de lo que no debería estar tan seguro, a tenor de los últimos acontecimientos en la Ribera. Chivite, por su parte, tiene ahora el cometido de seguir al frente del partido y evitar que la nave socialista, que en estos momentos tiene una vía de agua abierta, naufrague. Desde la Ribera, germen histórico del PSN en Navarra, han surgido las voces más críticas, que parece va a ser difcíl acallar. Se sienten pisoteados por Ferraz, y están en su derecho de albergar ese sentimiento.

Pero si nada se tuerce, en la inmediata situación política de Navarra, regionalistas y socialistas van a tener que medir sus palabras, van a tener que olvidar las graves acusaciones lanzadas antes y durante la campaña electoral, para garantizar la gobernabilidad de esta tierra. Humildad, diálogo y esfuerzo son las claves para conseguirlo.