Tudela

Eneko Larrarte: “Temas como el de los toros se utilizan para desgastar y pienso que ha existido cierta sobreactuación”

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En 2015, el chupinazo pilló al alcalde y a toda la nueva corporación con apenas un mes de aterrizaje en la casa consistorial. Ahora, las fiestas de Santa Ana llegan en un momento de cierta tensión motivada por los procesos electorales a nivel nacional y con un buen número de asuntos sobre la mesa. No por ello dejarán de ser unas fechas especiales para Eneko Larrarte.

¿Tiene más ganas de que lleguen las fiestas este año? El pasado comenzaron quizás demasiado pronto para todos los nuevos cargos del Ayuntamiento.

En mi caso siempre tengo ganas de que lleguen porque me encantan. El año pasado fueron muy extrañas. En fiestas todo se exagera mucho y me pareció inusitada la expectación de la gente. Sigo sin acabar de entender que la gente se quisiera hacer fotos conmigo. Esta vez serán diferentes, no creo que sean tan intensas pero para descansar no servirán, porque estás pendiente de muchas cosas: la basura, el ruido, las peleas… será la siguiente la semana en la que cargue las pilas. No tendré un día para desconectar porque no te puedes desprender del traje. Eso es imposible, siempre debes estar pendiente de muchas cosas. Lo que procuro hacer es no perder las costumbres.

¿Volveremos a ver al alcalde bailando el gigante ante Santa Ana junto a la Catedral?

No sé si volveré a hacerlo. El año pasado incluso el arzobispo me echó un rapapolvo porque no le gustó aquello. Lo hablaré con mis compañeros como hice en 2015, cuando tuvieron el detalle de cederme el baile en ese momento. Tampoco vamos a hacer que eso se convierta en una tradición ni nada por el estilo. Fue un detalle puntual y lo agradezco a los compañeros de la comparsa.

Menciona al arzobispo, con el que también intercambió opiniones sobre la no presencia de la corporación en la procesión. ¿Tiene buena relación con el arzobispado?

Intento tener una relación normalizada pero también hacer entender que hay cosas que se tienen que separar, como la representación civil de un acto religioso. Hemos intentado ser lo más respetuosos posible pero también dejando claro que hay cosas que no tienen que estar lo ligadas que estaban hace años.

¿Tomarán la misma decisión para la procesión de estas próximas fiestas?

Vamos a analizarlo y hablarlo. Está bien hacer las cosas en base a la experiencia que tienes. Mi percepción personal y de muchas personas del equipo de gobierno es que nuestra postura fue equilibrada y que en líneas generales, entre los vecinos, se entendió. Por supuesto que hay un porcentaje de personas a las que le pareció mal, como es habitual, pero el grueso de la gente agradeció que estuviésemos presentes, que lo hiciéramos como uno más. En ese sentido, mi propuesta al equipo de gobierno será en la misma línea que la del año pasado. Lo hablaremos y veremos qué pasa.

Tudela no solo va a tener corridas de toros, sino además astados de categoría. ¿Se le ha dado más cola que la que tenía al tema de las subvenciones de los festejos taurinos?

Creo que son temas que se aprovechan para desgaste del equipo de gobierno y este tema lo ha sido así. Suele ser así en el juego oposición-gobierno de muchos lugares, no solo en Tudela. No es lo más edificante, pero es así. Pienso que ha habido una sobreactuación y en este tipo de temas se debe tomar una decisión, llevar adelante tus propuestas y, con toda la normalidad del mundo, hacer un balance. Después, con honestidad, se reconoce el acierto o el error. Por lo tanto, ese ciclo aún no ha terminado.

Podría pasar que incluso los aficionados taurinos vean una feria mejor.

Desde luego que podría ocurrir. Pero independientemente de los hechos objetivos, habrá una guerra de relatos. Al final decir que algo es mejor o peor es muy subjetivo. Haremos ese balance y sacaremos conclusiones de cara a otros años.

Hubo un disenso con el partido socialistas en este asunto. ¿Pero fue un disenso pactado o inesperado?

Con toda la sinceridad del mundo, en el tema de los toros tenemos discrepancias. Pero este no fue un tema que hubiésemos hablado antes. Son ese tipo de cosas en las que das por hecho que tienes un consenso, cuando en realidad no era así. Pese a ello, el PSN fue muy leal con el equipo de gobierno y a pesar de su posición permitió normalidad.

Las peleas fueron el punto negro de las pasadas fiestas, algo que se reconoció desde el equipo de gobierno. ¿Cómo se ha trabajado para minimizarlas para estas próximas fiestas?

Hemos hecho una labor pedagógica y vamos a reactivarla con aquellos colectivos, personas y establecimientos que están más cerca de las personas que generan los problemas. Llegar a esas personas a través de campañas cívicas al final es complicado. Tuvimos encuentros con los bares en cuyos entornos hubo más incidentes y ahora tenemos pendientes reuniones para recordarles cómo actuar ante estas situaciones, para que tengan el contacto de los cuerpos policiales en caso de que vean que empieza a haber problemas. El objetivo es prevenir y crear una acción más disuasoria que evite que veamos cosas como las del año pasado.

¿Cabe en ese supuesto el refuerzo de presencia policial?

Es una posibilidad pero solo eso. Con algunos bares hablamos sobre que el tema de seguridad se descuida, sobre todo en entornos en los que se instalan barras. El contacto constante entre los cuerpos policiales y los propietarios de los establecimientos y, por qué no, la presencia policial a modo disuasorio, a veces funcionan, pero hay momentos en los que no lo hacen.

Uno de los actos que generó algunas reacciones de descontento fue la fiesta DJ. Muchos vecinos, de diversas edades, se quejaron de jóvenes orinando en calles adyacentes o consumiendo drogas prácticamente en público.

Existe la sensación que este acto, que es muy importante para un sector joven de la ciudad, ha cambiado desde hace unos años y que se ven escenas desagradables para muchos, motivadas por el hecho de que algunas personas consumen ciertas sustancias o alcohol en grandes cantidades. La clave está en que desde los propios organizadores se trate de denunciar ciertas actitudes. Ya ocurrió el año pasado, las propias personas que estaban pinchando y quienes habían organizado el acto mostraron su voluntad de que todo transcurriera con normalidad y lo fomentaron. Para este año se va a deslocalizar un poco la fiesta con el fin de evitar incidencias, pero siempre hay un porcentaje de gente al que es difícil controlar.

En este año, ¿la sensación que palpa en la calle es de apoyo o de desencanto de la gente?

Por la calle nadie me ha dicho que esté decepcionado. Muestras de apoyo he recibido muchas, pero también quejas, porque la propia actividad de la ciudad así lo exige. Hay un porcentaje de gente que no votó a ninguno de los tres grupos del equipo de gobierno que valora nuestro trabajo independientemente de las ideas y que entiende que estamos llevando a cabo cambios con normalidad, que no hemos venido a cargarnos nada. También hay otra parte que cree que los cambios y las mejoras llegan de la noche a la mañana y te transmiten que se podían hacer más cosas más rápido. Pero cuesta mucho desde la administración.

¿Qué le gustaría que cambiara antes del ecuador de la legislatura?

Creo que la sensación de victimismo se ha cambiado por mayor voluntad constructiva, de proponer cosas. Pero aún falta que dejemos el ‘qué hay de lo mío’, de ‘mi acera’  o ‘mi asfalto’ para ponernos  a trabajar juntos y aportar ideas globales y que beneficien a todos. me gustaría llegar a eso

¿Qué mensaje manda a los tudelanos para estas fiestas de Santa Ana?

Que las disfruten con aquellos momentos que, por ser inesperados y no planificados, se recuerdan aún más.