Por quinto año consecutivo, el informe anual que realiza el Gobierno de Navarra en torno a la calidad del aire, ha desvelado que, en la Ribera, una vez más, los niveles de ozono troposférico se dispararon de nuevo durante 2016 los días de más calor, superando los niveles vigentes legales establecidos en Europa para este tipo de cosas.
Esta realidad, a la que estamos ya tristemente acostumbrados, se encuentra con la humillación que supone para la población de nuestra Comarca que, una vez más, tampoco se activaran los mecanismos preceptivos para proteger la salud de las personas debido a este problema los días de mayores niveles, que se corresponden normalmente con los días de los calores.
Sorprende que ni el de antes, ni ahora este Gobierno “del cambio” hayan hecho nada para frenar este problema, que aquí genera insalubridad y preocupación.
Las afecciones a la salud que provoca, repetidamente, esta incidencia deben ser abordada de inmediato por el bien de todos. Esperar y mirar para otro lado lo terminaremos pagando caro.
