Opinión

Duérmete niño

Hace pocos días visité la planta de maternidad del Hospital de Navarra, en Pamplona, y me llamó la atención el hecho de que un papá primerizo tuviese como libro de cabecera el famoso best-seller “Duérmete niño”, cuyo autor es el Dr. Estivill. Sorprende que unos padres que han soñado durante meses con tener a su hijo en brazos, estén tan preocupados, a las pocas horas del parto, por si dormirá o no (es decir, por si les dejará dormir o no a ellos).

Es cierto que los niños ponen a algunos padres -sobre todo a los que deben levantarse temprano para ir a trabajar- al borde del infarto cuando tienen problemas para conciliar el sueño y comienzan a cumplir años.

El librito de marras, que muchos progenitores hemos ojeado e incluso intentado aplicar alguna vez, no está exento de polémica por cuanto utiliza un método de adoctrinamiento conductista, sometiendo a los niños a los deseos de los padres, y queriendo hacer a éstos insensibles a las necesidades básicas de los pequeños que -sobre todo, cuando no saben hablar- se manifiestan con el llanto, no durmiendo, no comiendo... El libro del Dr. Estivill, según mi experiencia, perjudica tanto a los niños como a los papás, que sufren viendo cómo lloran sus pequeños.

Pero gracias a Dios (o mejor dicho, a otras visiones de otros pediatras), los padres que se enfrentan a situaciones como la citada, disponen de otros recursos bibliográficos en el mercado editorial, como son los títulos Bésame mucho y Dormir sin lágrimas, basados en dos teorías más racionales y acordes con el espíritu maternal y con la realidad, respectivamente: criar a los hijos con amor, respeto y libertad, y el hecho de que todos los niños sanos terminan por dormir bien.