Ya tenemos una palabra clave para arreglar nuestros problemas empresariales: la digitalización (y la economía verde). Es más: la ayuda europea debe enfocarse a estos sectores.
Tenemos la costumbre de quedarnos con frases hechas que se van repitiendo y repitiendo hasta, finalmente, no decir nada. En este aspecto, se deben hacer varios matices.
- La administración es la que debería dar ejemplo. Y sin embargo, nos volvemos locos para gestiones que deberían ser mucho más sencillas.
- Los negocios relacionados con los eventos sociales o la conexión humana van a tener una bajada de empleo que no se va a compensar con el empleo digital.
- El gran tiempo que pasamos conectados en las pantallas es la competencia principal de otros sectores como los libros, el cine o incluso el deporte. Se llama economía de la atención.
- El nuevo marketing es selectivo y personal: se dirige a nuestra parte inconsciente. Clave: “cómo te vas a sentir ni no me compras”.
- La economía verde no es suficiente. Debemos ir hacia la economía azul (Gunter Pauli); es aquella que se integra en los ecosistemas de la naturaleza.
- Muchos negocios digitales (cursos, externalización o servicios) compiten globalmente. Eso es una amenaza y una oportunidad.
En definitiva, se sube el telón.