Opinión

Tres de diciembre, una Navarra federal en una España republicana

Se aproxima el próximo día tres de diciembre, y con motivo de las celebraciones del Día de Navarra, las distintas identidades políticas que coexisten en nuestra comunidad reproducen nuevamente sus discursos identitarios y dibujan una Navarra polarizada y enfrentada. 

Todos los años por estas fechas, los mitos históricos sobre los que tanto el regionalismo navarro como el nacionalismo vasco edifican respectivamente sus identidades políticas vuelven a aflorar; San Francisco Javier, la Batalla de Roncesvalles, el viejo Reino, San Miguel de Aralar, Sancho VII el Fuerte, la Batalla de las Navas de Tolosa, las cadenas, la Conquista de 1512, la Gamazada, o el Amejoramiento del Fuero. Parece que repasando un poco la historia de nuestra comunidad es fácil encontrar un símbolo, un mito o una leyenda que apropiarse y sobre la que auto-complacerse y articular una identidad y un discurso político. En todo caso, no parece que  el mejor día para representar a  Navarra coincida con el de un santo, por muy navarro que sea. Navarra somos todos y todas,  católicos y no católicos.

Desde una perspectiva marxista (como la que tenemos los que firmamos estas líneas), frente a relatos místico-historicistas, nos parece más acertado edificar identidades políticas en torno a la contradicción capital-trabajo que ha atravesado la sociedad navarra desde el inicio de la misma. Frente a santos misioneros y reyes medievales, nosotros nos sentimos identificados y ligados socio-políticamente y edificamos nuestra identidad de Clase en torno a el campesinado explotado por la nobleza y la realeza de la Navarra feudal; entorno a las republicanas del 36 como las hermanas Uriz Pi o Camino Oscoz que con ilusión y esperanza construyeron la II República Española en nuestra tierra; en torno a los luchadores antifranquistas navarros como Jesús Monzón o Jacinto Ochoa; en torno a los miles de obreros industriales que a partir de la mitad del siglo pasado llegaron  desde nuestros pueblos huyendo de una agricultura ruinosa, o desde Andalucía o Extremadura a vender su fuerza de trabajo en el incipiente sector industrial de nuestra comunidad; o en torno a los miles de migrantes que durante las dos últimas décadas han llegado a Navarra huyendo de la pobreza, de la miseria o de las guerras ocasionadas en sus países de origen por un mundo globalizado al servicio de un neoliberalismo imperialista y usurpador. 

A día de hoy,  a pesar de los esfuerzos chovinistas de los gobiernos y de sectores de la prensa, que sistemáticamente nos quieren vender Navarra como puntera  en el Estado y a veces en Europa, las y los trabajadores de Navarra cuentan con similares problemáticas a la del conjunto de la clase trabajadora de nuestro país (y del sur de Europa nos atreveríamos a afirmar): contamos con 33.115 personas en desempleo (9.93%); Navarra es la tercera comunidad del estado con mayor brecha salarial entre hombres y mujeres, y de cada 10 contratos a jornada parcial firmados en Navarra 8 correspondan a mujeres; o  la siniestralidad laboral en esta comunidad se ha disparado un 10% con respecto al 2.6% del Estado en el año 2018.

Nosotros entendemos que los problemas que sufrimos las capas populares de Navarra son consecuencia de una triple problemática: el Régimen capitalista construido en torno a la Constitución Española de 1978 (reformada de forma antidemocrática en su artículo 135 por PSOE, PP y UPN), las políticas neoliberales y austericidas aplicadas por los distintos Gobiernos del Estado y de Navarra al servicio de las elites socio-económicas (tanto en su concepción nacionalista como estatal), así como en la falta de soberanía de España a consecuencia de la construcción neoliberal y capitalista de estructuras supraestatales como la Unión Europea y el Euro.

Frente a la agotada y caduca Constitución Española de 1978 y frente a procesos nacionalistas inviables que  enfrentan identitariamente a la población, apostamos por un Proceso Constituyente hacia la III República Federal y Solidaria que reconozca la plurinacionalidad del Estado Español, y que reconozca el democrático derecho a la Autodeterminación de los Pueblos, y que garantice las necesidades  de la mayoría social trabajadora de las distintas naciones y regiones que componen nuestro país. 

La Navarra que aspiramos a construir es una Navarra federal, multicultural e interidentitaria, en la que la mayoría social trabajadora tenga la posibilidad de desarrollar sus proyectos vitales de forma digna. Enmarcada en una España republicana, radicalmente democrática, en la que toda la ciudadanía sea igual ante la ley, y en la que los derechos sociales, civiles, democráticos y laborales de la clase trabajadora estén reconocidos y garantizados de forma efectiva.

En definitiva, este día tres de diciembre reclamamos una Navarra republicana en una España federal, como alternativa democrática a centralismos y nacionalismos. 

Carlos Guzmán, Isabel Burbano y Paco Jiménez
PCE-EPK Navarra