Opinión

Día Internacional de la Madre Tierra

Cada vez somos más conscientes de como la salud de nuestro planeta afecta a nuestra calidad de vida. 

Antes de esta crisis de salud nuestra sociedad se enfrentaba a enormes desafíos medioambientales. Cuestiones que, lógicamente, han quedado relegadas por la urgente emergencia sanitaria. Pero problemas como el aumento de las temperaturas globales, la pérdida de biodiversidad o la presencia de residuos plásticos en nuestros océanos que tanto ocupaban los titulares de los diferentes medios de comunicación, siguen muy presentes. 

Durante este confinamiento, debido al descenso del uso de todo tipo de transportes, las emisiones de dióxido de nitrógeno han descendido hasta un 70 y 80% en algunas ciudades. Pero, por otro lado, según datos de Ecoembes el miedo al contagio ha aumentado el consumo de alimentos empaquetados hasta un 15% más. Otras empresas como FCC arrojan datos de hasta un 26%. La ONU alerta de que unas 13 millones de toneladas de plásticos se vierten en los océanos cada año. 

Los ecosistemas sanos nos ayudan a protegernos de las enfermedades ya que la diversidad de especies hace más difícil la propagación de patógenos. 

Con la demostrada interrelación de los bosques con los agentes patógenos y el desarrollo de la civilización humana, la deforestación y otras alteraciones en el uso de las tierras han cobrado importancia como factores causantes de la aparición de enfermedades. 

Cuando pasemos esta difícil etapa tendremos que ponernos al día de nuevo en nuestro compromiso con nuestra madre tierra con sencillos gestos diarios que contribuirán a la salud global de todo el planeta. Elegir productos con menor empaquetado o con envases más sostenibles, adquirir muebles preferiblemente que certifiquen el origen renovable de la explotación maderera o reduciendo el uso de productos fitosanitarios en nuestros campos y huertas. 

Nuestro planeta lo agradecerá y nosotros con el tiempo también.

Sensibilidad Ambiental del Ayuntamiento de Tarazona