Tudela

“Cuando llegan estas fechas todos estamos al 200%”

Luis Miguel Sánchez, Camarero, así son sus fiestas.

Luis Miguel Sánchez, en la barra exterior de Casa Alberto, situado en la calle Muro
photo_camera Luis Miguel Sánchez, en la barra exterior de Casa Alberto, situado en la calle Muro

La hostelería es cuestión de familia para Luis Miguel Sánchez, de 23 años. Sus padres trabajaron durante muchos años en el Bar Diamante de la plaza de los Fueros de Tudela. Hace más o menos cuatro emprendiron la aventura de Casa Alberto. Un lugar que, como todos los bares del centro, literalmente ‘echa humo’ durante las fiestas de Santa Ana.

¿Qué suponen las fiestas de Santa Ana para un establecimiento como el suyo?

Es una semana diferente a todas las demás por la carga de trabajo que hay, aunque durante el resto del año también nos encontramos otros picos de mucha clientela. Pero en fiestas hay que estar centradísimo, mentalmente estamos todos al 200%.

¿Cuántas horas se trabaja?

Depende. Mi padre y yo estamos prácticamente todo el día para coodinar. Lo que sí es seguro es qu abrimos desde las 8 de la mañana para empezar con los almuerzos y seguimos abiertos todo el día con pinchos, comidas, la hora del café o el poteo de la tarde y, por supuesto, las cenas. Normalmente, a las 3 de la madrugada echamos el cierre durante esos días.

Y, mientras tanto, muchos de sus amigos estarán disfrutando en la calle y en los actos.

Muchos no, prácticamente todos (ríe). Tengo otro amigo de la cuadrilla que también trabaja conmigo. Salvo él y yo, todos los demás suelen tener tiempo para disfrutar de las fiestas. 

¿Y cómo se lleva eso con su juventud?

Estoy ya mentalizado. Llevo trabajando desde los 16 años en el sector y me mentalizo de que desde el 24 hasta el 30 de julio hay que estar entregado al bar. No salgo ni siquiera a echar una cerveza porque tenemos que estar muy centrados, no solo con la atención al público sino con los pedidos, la logística... mis pensamientos en fiestas tienen que ver con que no haya problemas, con que no se rompa la máquina de hielo y con que el aire acondicionado aguante.

¿Cuál es el momento de mayor carga de trabajo en un día de fiestas?

Sin duda, la hora de las cenas. Pueden llegar a coincidir 400 personas que, además de venir a la vez, quieren acabar rápido para irse a ver los fuegos artificiales. De nueve de la noche a doce, más o menos, es el momento clave del día y hay mucha carga de trabajo porque tenemos la capacidad que tenemos en cocina.

¿Cree que se valora el trabajo de los profesionales de la hostelería?

Supongo que hay de todo, como en cualquier sector, pero en general creo que sí. La gente es muy agradecida y te da ánimos, tiene paciencia. Siempre hay quien no la tiene, quien piensa que sacar un bocadillo un plato combinado de la cocina no cuesta nada, pero es una minoría.

¿Es el trato la clave para conseguir una clientela fiel y habitual?

Claro, es fundamental cuando trabajas en un bar. Cuando mi padre ideó Casa Alberto, lo llamó precisamente así para que todo el mundo que viniera se sintiese como en su casa. Es la manera de conseguir que un cliente vuelva y es lo que intentamos hacer.

¿Tienen tiempo para descansar después de la vorágine festiva?

Tenemos la costumbre de abrir también los días 31 e julio y 1 de agosto y, sinceramente, a veces esos días son peores incluso que los de fiestas, primero porque hay pocos bares abiertos en Tudela y aumenta la clientela y segundo porque mentalmente bajas el pistón inconscientemente. Luego sí que cerramos dos días porque es necesario descansar cuerpo y mente.