Opinión

¿Cuál es la presión fiscal adecuada?

Cuál es el nivel de presión fiscal que debemos aceptar? Aquel que permita asegurar el Estado de Bienestar, propio de las democracias avanzadas. Debe favorecer, por un lado, el desarrollo de la actividad productiva y del empleo y, por otro, garantizar las prestaciones sociales y los servicios públicos. En cualquier caso, esa presión fiscal debe ser moderada, como defendemos los socialistas, porque si es excesiva (radicalismo) perjudica la actividad económica, y si es escasa (liberalismo) impide ayudar a los más débiles.

¿Cómo sabemos si la presión fiscal está por encima o por debajo del nivel adecuado? El indicador más relevante es el de la comparación con las comunidades de nuestro entorno. Y si hacemos esa comparación, ¿la presión fiscal de Tudela, Navarra y España está por encima o por debajo de la media circundante?

La ingresos tributarios de Tudela, establecidos por UPN, son de los más altos de Navarra, por encima de la media. Sin que se haya traducido en un mejor nivel de servicios públicos. No así en Navarra, cuyo nivel tributario es similar a las demás comunidades autónomas. Es en España, sin embargo, gobernada por los socialistas, donde la presión fiscal es más baja (32,8), bastante por debajo de la media europea (39), incluso menor que la que había cuando gobernaba el PP (34,5), porque el PSOE bajó los impuestos, a la vez que mejoró las prestaciones sociales. De modo que, aunque el próximo 1 de julio suban algo los impuestos como consecuencia de la crisis, seguiremos estando por debajo de la media europea. Y, sin embargo, con ello podremos atender a los parados, subir las pensiones, aplicar la ley de dependencia, mejorar la educación, ayudar a los ayuntamientos, etc. ¿O es preferible, como haría el PP, dejar de hacer algo de eso? Hay que recordar, por ejemplo, que este año los mayores ingresos de Tudela (5,8 millones) han venido del presupuesto nacional, y en 2009 volverán a venir varios millones más. ¿O renunciamos a ellos?

Apenas se ha resaltado, además, que hay impuestos que no subirán (el IVA de los alimentos básicos, los medicamentos, los libros, las viviendas de VPO) y hay otros que bajarán, como el de las pequeñas empresas (menos de 25 trabajadores) que mantengan o creen empleo, cuya tributación pasará del 25% al 20% (ya se les bajó antes del 30 al 25). También a los autónomos les bajará el IRPF en un 20%. Además, en el trámite parlamentario seguro que se mejora la propuesta inicial del Gobierno, para que la decisión final sea lo más justa y eficaz posible.