Opinión

¿Cómo trabajar los miedos de las niñas y niños ante el coronavirus en las aulas?

4 pautas para afrontar el miedo.

La palabra miedo, en sí da miedo. Lógico cuando su definición según la RAE es “sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario”, y mucho más aún en la situación actual que estamos viviendo; en la que padres y madres quieren evitar a toda costa que sus hijos sientan en primera persona miedo ante el virus que asola el mundo. 

Anteriormente hemos tratado como sería una correcta vuelta al cole hablando de medidas de seguridad, pero ahora queremos analizar cómo podemos convertir el aula en un lugar seguro donde los pequeños no sientan miedo. 

Partimos de que el mayor deseo de los niños y niñas tras estar confinados era volver a clase, y tras 6 meses lo han logrado. Para ellos, el cole no es solo un lugar educativo, donde aprenden nuevos conocimientos, sino que principalmente es un lugar de encuentro con sus iguales, un espacio de ocio donde se relacionan con sus amigos y amigas. Es en la escuela donde forjan sus primeras amistades. Pero, ahora los alumnos están viviendo nuevas situaciones; confinamientos intermitentes si surge algún caso de Covid19 en sus clases, tienen que estar en casa 10 días y seguir con clases online, lo que podría provocar inestabilidad en sus rutinas. 

Ciertamente, a los docentes no se les forma en gestión de las emociones, pero podemos seguir unas pautas para enfrentar el miedo en las aulas ante situaciones difíciles de abordar. Por ello, El Pupitre de Pilu propone 4 pautas a seguir en las clases: 

  • El sentimiento que tiene que primar en las aulas es la calma y la resiliencia. Tenemos que asumir que el virus ha venido para quedarse y debemos aprender a vivir con él. 
  • No podemos olvidar que muchos de los pequeños también han perdido seres queridos en esta pandemia, y debemos darles herramientas para superarlo y enfrentar el miedo que produce esta pérdida. 
  • Debemos trabajar la diferencia entre privacidad y aflicción, ya que habrá niñas y niños que les quiten su privacidad de ir al colegio, pero tenemos que explicarle que eso lo podrán recuperar. El verdadero conflicto llega cuando hay que trabajar la aflicción, ese sentimiento de pena, dolor y/o tristeza que los pequeños pueden llegar a tener en estos momentos.
  • Tenemos que ser realistas y honestos. Debemos preparar a los niños mentalmente en lo que están viviendo y lo que pueda venir, ya que no es verdad que todo va a salir bien, y no podemos afirmarlo. Existen familias que están sufriendo directamente esta pandemia, no sólo sanitariamente hablando, sino también están en ERTES o han sido despedidos de sus trabajos, por lo que a sus hijos no podemos decirles que todo va a ir bien. Debemos enseñarles a vivir con ello, darles estrategias para afrontar lo que están pasando. Claramente no es la misma situación la de un niño ha perdido a su padre, que la de otro que le hayan echado del trabajo, pero ambas situaciones deben afrontarse. 

Como conclusión, debemos crear aulas donde el miedo no sea el protagonista, sino que los protagonistas sean los alumnos, y que la educación no se ponga en último lugar, ya que es un derecho fundamental de los más pequeños. Además, tenemos que recordar que el colegio es el lugar donde los niños se desarrollan más allá de las competencias educativas que puedan adquirir en él, es donde comienzan a forjar amistades y aprenden a relacionarse.