Opinión

Cigüeñas y confinamiento

Las personas que nos dedicamos a trabajar en compaginar la presencia de la cigüeña blanca en nuestros pueblos y ciudades con la eliminación de los problemas que sus voluminosos nidos pueden ocasionar en los edificios e instalaciones donde los ubican, hemos podido comprobar que esta entrañable especie es muy aldraguera, al igual que muchos de nuestros vecinos. A la hora de construir su nido su lugar preferido son las partes altas de las iglesias, pero sobre todo que las mismas estén ubicadas en medio del pueblo, ya que parece ser que les gusta estar atentas a todos nuestros movimientos, en definitiva aldraguear.

Por desgracia, este año la pareja de cigüeñas que está nidificando en la Iglesia de Santa María, en la Plaza Nueva tudelana, y que no se perdían nada del alboroto y jolgorio de las fiestas de Tudela, este año no van a poder escuchar el cohete, ni la música de las peñas, ni la Revoltosa, ni los gritos de los tudelanos que cómodamente sentados demandan más bebida a los alterados camareros.

Ellas no saben que la causa de este insólito cambio en el comportamiento de los tudelanos es un virus que no sólo va a impedir la celebración de nuestras entrañables fiestas, sino que también está impidiendo la realización de la mayoría de las actividades lúdicas que los humanos llevamos a cabo para disfrutar en nuestras horas y días de asueto.

El confinamiento que hemos sufrido y la pandemia mundial que tanto daño está causando en la humanidad, ha tenido un efecto muy beneficioso para las cigüeñas y para el resto del medio ambiente. Animamos a los tudelanos, que este año no pueden disfrutar de las fiestas de Santa Ana, a que encuentren entretenimiento en la observación y disfrute de la naturaleza tudelana. Mientras tanto confiamos que el año próximo las cigüeñas de la Plaza Nueva y los tudelanos disfrutemos del jolgorio de las fiestas del año 2021.