El cierre de la parroquia de La Asunción de Murchante se llevó a cabo, por su mal estado, el pasado 7 de marzo, “no por un peligro inminente, que lo hay, sino porque hay que empezar a hacer algo”, indicaba Isidro Sánchez, párroco de la localidad desde hace 14 años.
Soluciones
Los problemas del templo, que sólo tiene 50 años, provienen de las aguas subterráneas que lo atraviesan. “Hay unas que son permanentes, de toda la vida, que fluyen a través de la iglesia, pero hace cuatro años la empresa que metió el gas por las casas, reventó algunas tuberías y no se dieron cuenta y estuvieron más de dos años con mucha agua a presión. Esta agua ha ido lavando y llevándose los pocos cimientos que había”, afirmaba Sánchez. Por esta razón “las columnas se van hundiendo y están provocando la aparición de multitud de grietas”, apuntaba.
El culto
Existen ya varias empresas que se han interesado por la reforma de La Asunción y han iniciado los respectivos estudios. Después, “Ayuntamiento, parroquia y Obispado elegiremos el que veamos más idóneo”, indicaba Sánchez, quien admitía que unos trabajos así seguramente rebasen los 500.000 euros. Un dinero que no saben cómo van a conseguir. “Si lo supiera sería profeta. La buena gente que haya por ahí y que tenga dinero y quiera hacer una buena obra podría ayudarnos”, reconocía. Sobre los propios vecinos dice que “la gente se está sensibilizando, y cada cual va a hacer lo que pueda por la parroquia”.
Entre semana se llevará a cabo en la sala parroquial, y los sábados y domingos se trasladará al salón de actos de la Casa de Cultura, que ha sido cedido por el Ayuntamiento. Este espacio también albergará las celebraciones tales como bautizos y comuniones. Sin embargo ya ha habido personas que le han comunicado el párroco que prefieren cambiar de ubicación para estos festejos, “sobre todo bodas”, afirmaba.
