Opinión

Catalunya: el sueño de la razón produce monstruos II

“El sueño de la razón produce monstruos” es un grabado de Francisco de Goya que ha dado pié a multitud de interpretaciones sobre sus significados. El más acertado es el que apunta que quiere trasladar la idea de que “cuando los hombres no oyen (escuchan sería más acertado afirmar) el grito de la razón, todo se vuelve visiones”.

Ahora que se acerca el segundo aniversario de aquel dramático, para Catalunya y España, 1 de Octubre de 2017 viene bien observarlo con perspectiva.

Porque parece dibujado y definido para aplicarlo a la actual situación que atraviesa Catalunya y a la posición adoptada por ciertos políticos y colectivos que con su actitud poco reflexiva y errática, más parece que estén en el proceso de visiones que de escuchar a la razón.

Quizás los casos más representativos sean un Puigdemont que sigue en su atalaya de Waterloo (ha elegido un lugar acertado por su significado) más bien parece un Napoleón de tres al cuarto, que un President del siglo XXI. Lo normal por tanto es que en ese lugar acabe su periplo como “Le petit caporal”. 

También su sucesor puesto a dedo al más puro estilo de la Roma imperial, Quim Torra, aunque éste al tener menos bagaje político le hace dar continuamente bandazos. Lo ocurrido en el último pleno del Parlament indica hasta qué punto ambos han perdido la razón.

Las resoluciones, especialmente las referidas a las detenciones de los 7 miembros de los CDR, que independientemente de las dudas que puedan suscitar algunas filtraciones no parece haber ninguna duda de que planeaban dar un salto cualitativo a sus protestas, continúan en esa deriva irracional.

Pero el problema más preocupante no es que después de tanto tiempo aún sigan existiendo dos President, el real y el ficticio, que están metidos en un constante esperpento creando desasosiego a la ciudadanía de allí y a la de aquí, sino que estos siguen ciegamente a un sector de la sociedad catalana absolutamente radicalizado. 

No son ellos quienes lideran sino muy al contrario, van como borreguitos detrás de quienes les marcan el camino, en especial las CUP, los CDR y la ANV.

¿Todos los personajes de esta comedia bufa son iguales? ¿Todos están afectados por el virus que intenta reflejar Goya en su grabado? Algunos sí, en la otra orilla Casado, Rivera y Abascal caminan por la misma senda de pérdida de la razón y camino al desvarío, pero afortunadamente comienzan a aparecer otros que o nunca la han perdido como Iceta, o la han recuperado a tiempo como Junqueras y últimamente Rufián.

Oriol Junqueras es un político formado y culto que no debería estar ya en la cárcel, especialmente porque alguien así resulta necesario en el sector independentista. Sus constantes reflexiones indican que otra política es posible desde esa orilla. 

Gentes así son necesarias para Catalunya, pero también son útiles para España, especialmente en un momento tan complejo como éste. Leer sus sabios comentarios con atención nos lleva a la conclusión que si alguien en el futuro gobierno, especialmente el nuevo Presidente que salga del 10-N, tuviera la lucidez suficiente de saberlas interpretar, no debería dejar escapar esa ocasión para buscar puntos de encuentro y soluciones a lo que ahora parece imposibles de resolver. 

Junqueras tiene ascendente sobre un sector importante del independentismo, desde ERC a Omnium, que le escuchan y respetan y es alguien con quienes gentes como Iceta se pueden entender y acordar. Esta oportunidad abierta se debe aprovechar sí o sí, porque quizás sea la última, al menos a corto plazo.

Leer esas reflexiones nos lleva a extraer de ellas propuestas sensatas y reflexivas. Quizás su mejor resumen sería que la “vía adecuada” para resolver la crisis catalana es la del “diálogo, el acuerdo y el pacto”. O que el “ruido y la gesticulación no sirve para nada”, al tiempo que suele reiterar la “obligación” de gobernar para todos. 

Por último Junqueras siempre rechaza cualquier expresión violenta y ha considerado un “error incomprensible” el creer que se puede conseguir algo con incidentes, con una clara descalificación a los CDR y la CUP, especialmente después de los últimos acontecimientos.

Leer reflexiones de este calado nos saca de la sensación de melancolía actual, e indica que otra manera de hacer política es posible en Catalunya.

Se puede y se debe despertar de ese sueño de la razón que nos está produciendo monstruos y empezar a trabajar en la senda que marca Junqueras. Él junto a Iceta en Catalunya y con Pedro Sánchez, el que ganó las primarias no el actual, desde España, deben de aprovechar esta ocasión fortalecer a las gentes sensatas y aislar a las radicales de ambas orillas.

Ahora entramos en un periodo incierto de cara a las elecciones del 10-N. Si de ellas saliera por fin un gobierno sensato de suma de las diferentes izquierdas, a pesar de lo negro del panorama que nos viene con la sentencia del Procés, un nuevo tiempo sería posible.

Para eso hace falta como ya se ha comentado en innumerables ocasiones, imaginación, buscando nuevas soluciones para viejos problemas, audacia en especial para sacarle de la cárcel y generosidad, dosis enormes de generosidad. Ojalá la sentencia esté impregnada de todo ello.

Éste es el momento, éste el lugar, Pedro Sánchez, su nuevo gobierno, el PSOE, Podemos y “Más país”, más ERC (la izquierda) deben aprovechar esta oportunidad que les brinda Junqueras. Para eso necesitan alguien con autoridad que apoye a Iceta desde Madrid. 

Quizás en el gobierno figuras como Margarita Robles, bastante desaprovechada y encorsetada en su ministerio de defensa y con una gran sensibilidad en estos temas, o alguien independiente como Pérez Tapias, o Pérez Royo puedan colaborar. 

En el PSOE Odón Elorza que conoce la experiencia de resolución de conflictos en Euskadi, o también el embajador en la UNESCO, Andrés Perelló pueden echar una mano.

Junqueras deja abierta una puerta a la ilusión, recupera la razón para el independentismo, despierta la razón ahuyentando a los monstruos. Ojalá desde la otra orilla se ayude y colabore desde la sensatez, generosidad y altura de miras.

Veremos…