Tudela

Atención al uso de los medicamentos durante las altas temperaturas

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Interacciones y conservación

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios ha puntualizado que los medicamentos, cuando son utilizados correctamente, no se consideran desencadenantes de problemas de salud asociados al exceso de calor.



No obstante, y en función de su mecanismo de acción, algunos medicamentos pueden alterar la adaptación del organismo al calor. Por ello, en caso de ola de calor, la Agencia Española de Medicamentos

y Productos Sanitarios recomienda a los profesionales de la salud que vigilen el estado general de los pacientes, teniendo en cuenta el conjunto de factores de riesgo y el control de las medidas higiénico-dietéticas (hidratación, ambiente fresco o aireación).



A la hora de atender a los pacientes que presenten factores de riesgo, se aconseja revisar la lista de medicamentos que toma el paciente, identificar si estos pueden alterar la adaptación del organismo al calor, y reevaluar la necesidad de cada medicamento, recomendando a los pacientes que no tomen ninguna medicina sin consejo médico.

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios ha clasificado en tres grupos los medicamentos cuyos mecanismos de acción pueden interaccionar con las altas temperaturas:



En un primer grupo estarían los que son susceptibles de agravar el síndrome de agotamiento-deshidratación y el golpe de calor, que pueden hacerlo

por distintos mecanismos: Facilitando la pérdida de líquidos: diuréticos. Alterando el funcionamiento del riñón: antiinflamatorios no esteroideos, inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina y antagonistas de la angiotensina (medicamentos para la hipertensión y la insuficiencia cardiaca).



Incrementando el efecto del fármaco al reducirse su eliminación a causa de la deshidratación: digoxina (para la insuficiencia cardiaca), sales de litio (para problemas psiquiátricos), antidiabéticos orales. Impidiendo la pérdida del calor por el organismo: neurolépticos (para la psicosis y otros problemas psiquiátricos), antimigrañosos, betabloqueantes (problemas cardiacos) y hormonas tiroideas.



En un segundo grupo se incluyen los medicamentos que pueden inducir un aumento de la temperatura corporal, al actuar sobre el sistema nervioso central: neurolépticos (indicados para la psicosis y otros problemas psiquiátricos) y antidepresivos.



Por último, el tercer grupo lo formarían los medicamentos que agravan indirectamente los efectos del calor por disminuir la capacidad de reacción ante situaciones problemáticas, en el que estarían incluidos los medicamentos para dormir, para la ansiedad y los que bajan la tensión arterial (hipotensores).



Por otra parte, el uso de algunas drogas, en particular las sustancias anfetamínicas y la cocaína, así como el alcoholismo crónico, también son factores de riesgo que pueden agravar las consecuencias del calor.



El calor también puede afectar a la calidad de los medicamentos que los ciudadanos guardan en casa. Una mala conservación puede provocar problemas de salud, que podrían evitarse si los medicamentos se conservan en lugares no expuestos directamente al sol, ni a temperaturas altas.



Para asegurar la estabilidad y efectividad de los medicamentos, hay que tener presente que muchos de ellos deben conservarse a temperaturas especiales. Algunos pueden no tener menciones especiales de conservación; en este caso, su conservación será a temperatura ambiente (teniendo como referencia la temperatura ambiente continental).



En los viajes, se recomienda no transportar los medicamentos en el maletero de los coches junto al equipaje, ya que en estos compartimentos no hay ventilación ni refrigeración y pueden llegar a alcanzar temperaturas muy elevadas que pueden afectar a los productos químicos que contienen.