Tudela

El adiós a cuatro siglos de historia en Tudela

A falta de unos días para que los últimos seis jesuitas residentes en Tudela se marchen, hablamos con uno de ellos para que nos explique qué han significado los Jesuitas para Tudela. 
Algunos de los docentes y colaboradores del año 1988. A la derecha nos encontramos al padre José Antonio Castellot, con quien hablamos
photo_camera Algunos de los docentes y colaboradores del año 1988. A la derecha nos encontramos al padre José Antonio Castellot, con quien hablamos

En unos días, los seis últimos jesuitas que residen en Tudela abandonarán finalmente la capital ribera para trasladarse a Pamplona. La falta de relevo generacional (los últimos que permanecen en Tudela tienen entre 69 y 90 años) y que cada vez son muy mayores los que resisten a dejar esta corriente ha obligado a los altos estamentos a reunificar a los pocos que quedan entre las casas de Pamplona y Javier, dejando huérfana la de Tudela. Antes de marchar, hemos tenido la oportunidad de poder charlar con el padre José Antonio Castellot, un activo muy importante aquí en Tudela, donde llegó a ser también el rector de Jesuitas a finales de los 80 del siglo pasado.

Cuatro hombres clave

Hablando con el padre Castellot destaca por encima de todos cuatro grandes nombres: Ubillos, Baztán, Lasa y Zubiarre. “Estas han sido las grandes columnas sociales de Tudela”. 

Del Padre Ubillos destaca que empezó a preocuparse por las familias que vivían en chabolas. El segundo fue el padre Baztán, quién empezó a trabajar en el barrio de la Virgen de la Cabeza y el Casco Antiguo. “Estaba más metido en el colegio”. El tercero, el Padre Lasa, lo define como el ‘coloso’. “La obra de Lasa es genial. Era un vasco muy introvertido y con una gran visión. Para él lo primero eran las casas para los hombres y se edificó todo el Barrio de Lourdes. Una vez que ya estaba construido, pensó en la casa de Dios e hizo la iglesia. Mientras tanto dijo, lo principal es la educación” y se puso manos a la obra”, nos relata ahora el Padre Castellot. “Él me decía a mí, todo lo que sea lo mejor para el sistema educativo será para mi escuela”. Con el paso del tiempo todas las autoridades han sabido reconocerle su labor. 

El jovencísimo Padre Lasa

Y finalmente el Padre Zubiarre. “A él si lo conozco personalmente y fue un santo. Le llamaban el cura de la moto”. Para el Padre Castellot, “Ellos han sido los cuatro pilares de la Congregación Jesuita en Tudela”.

El recuerdo que quedará

Esta será su tercera y última salida de Tudela, con la pena de ser consciente de todo lo que deja atrás después de 40 años viviendo en Tudela. Su primera salida fue con 39 años para ser rector en Pamplona (estuvo 5 años), luego con 55 para ayudar en la residencia que tienen en San Sebastián (estuvo 4 años) y ahora, pasados los 80, la definitiva. “Yo he hecho mi vida aquí”, resume Castellot. “Los años más felices fueron Veruela porque me tocó vivirlos con 19 años y fue una época preciosa. Después de aquella experiencia me quedo con Tudela”, confiesa con una sincera y amplia sonrisa. 

“Me llevo un recuerdo imborrable de Tudela. Cuando voy por la calle me enternezco hasta con las paredes. Me da un rasgón en el corazón tremendo. He visto crecer Tudela y más allá de la ciudad, me quedo con las personas”, lamenta antes de tener que hacer definitivamente las maletas. 

Congregantes del Padre Baztán en el año 1944

A los Jesuitas se los recordarán principalmente por la educación, por lo social y cultural. El Padre Castellot no tiene muy claro cómo serán recordados con el paso de los años “porque la memoria es muy frágil y pasaremos a ser nombres de historia. Pero sí que creo que los Jesuitas han hecho Tudela, sobre todo a las personas. Tudela era una ciudad inculta y agricultora y gracias al instituto adquirieron mucha cultura”, concluye.