Opinión

2020 a vida o muerte

No va a ser un año más. Esto es un sí o no, flotar o hundirse, avanzar o caer al más absurdo de los precipicios prefabricados. Después de la cólera, el ruido de sables o amenazas e insultos analfabetos y estúpidos de los resucitados del valle, viene la cruda realidad social. El estado español, -nación, país, reino o imperio según la visión de sus ocupas-, ha pasado por urgencias y el diagnóstico es grave (infección, amnesia, anemia y autolesiones). El tratamiento es antibiótico, inmediato y a grandes dosis, o pasar a paliativos. El nuevo gobierno, por fin, de coalición -como pasa en otros países civilizados-, debe coger las riendas con firmeza y poner fin a la corrupción con mayúsculas. 

Los ciudadanos trabajamos, pagamos y queremos control, gestión y eficacia política para la redistribución justa de los recursos. Vale de cuentos, teléfonos, gas, electricidad, autopistas, salarios, pensiones... Hay que poner freno al despotismo y acabar con los patógenos, por mucha patria y bandera que emborracha a los más exaltados, incultos o aprovechados. 

Y en el planeta, el tratamiento es todavía más drástico. ¡O paramos la enfermedad contaminante o simplemente desaparecemos! ¡2020 Sin bromas!