Psicología

La naturaleza de la mente

Aunque la psicología es la disciplina científica que investiga la naturaleza de la mente, el budismo nos lleva más de 2000 años de ventaja. Mientras que la psicología estudia la mente desde dentro, el budismo la ha estudiado desde fuera. Ambas disciplinas aportan un gran saber sobre nuestra psique, por eso sería un gran error prescindir del conocimiento de cualquiera de ellas.

La psicología convencional (cognitivo-conductual) estudia los procesos de percepción y atención, aprendizaje, memoria, motivación, emoción, patológicos, psicofisiológicos, etc. En cambio el budismo estudia la consciencia en la que se asienta todo lo anterior.

Occidente recibe la influencia del budismo y en concreto de la meditación desde los años 60. A día de hoy, y con nuestros medios científicos, hemos comprobado las verdades milenarias de esta filosofía oriental. La meditación nos permite “observar la mente”. Es decir, salirnos de ella, para darnos cuenta de que no somos ella. No somos ni lo que pensamos, ni lo que sentimos, ni lo que hacemos. Contrariamente a la psicología convencional, nuestra personalidad no es lo que nos hace personas, sino nuestra consciencia. La personalidad es aquello que se ha formado a lo largo de los años debido a la confluencia de factores educativos, ambientales y genéticos, pero no es lo que nos hace ser. Comprender esto nos acerca a la verdadera naturaleza de lo que somos. A la vez que nos ayuda a desidentificarnos de nuestra mente, y por lo tanto de todo lo que ocurre en ella. Lo cual no quiere decir que podamos vivir sin mente, esto sería tan absurdo como querer pretender vivir sin cuerpo. La mente es necesaria para vivir, pero no somos eso. Nuestra identidad se esconde detrás de ella, y el que la encuentra, goza de la paz de su esencia, aún en mitad de la tormenta psicológica.

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