Psicología

La infidelidad

Llegan las fiestas, y para algunas personas, también el miedo a que los toros no sean los únicos que traigan cuernos en estas fechas. Si sumamos los ingredientes; ambiente festivo, buen humor, descontrol, gente nueva, alcohol y desinhibición… el resultado bien podría ser la infidelidad en la pareja. De ahí la preocupación por la llegada de las fiestas.

¿Cómo protegernos de la infidelidad en estos días que vienen? Para muchos, supondría impedir que nuestra pareja conozca nuevas personas, controlar que no beba más de la cuenta, atender el móvil 24h, extremar la vigilancia, evitar dejarla/lo sola/o... ¿Qué tipo de amor es el que define nuestra relación si hacemos esto? Un amor basado en la inseguridad personal, en la desconfianza en el otro y en el miedo al desconocido. Un amor basado en el ego.

Estas fiestas podemos regalar a nuestra pareja CONFIANZA. Apostar por nuestra relación exponiéndonos al peligro. Aludiendo a la responsabilidad. Arriesgándonos a que sea la libertad, y no yo, quien defina el tipo de compromiso que mi pareja tiene conmigo. Permitiendo que lo que tenga que ser, sea.

Generalmente entendemos la infidelidad como una traición. Pero también puede entenderse como un síntoma de la calidad de nuestra relación. Si ocurre, no necesariamente debe significar el final de la pareja, sino una total atención a la frustración que vive en ella, y que consciente o inconscientemente, busca liberarse cuando se presentan las circunstancias adecuadas. 

Las fiestas son para sentirnos vivos. No permitamos que nuestros miedos nos incapaciten. Apostemos por el amor libre. Libre para ser responsables de nuestra propia vida y decisiones. Confiemos que nuestra pareja sea como el agua en la cuenca de nuestra mano, que dejándola abierta permanece, pero cerrándola, se escurre entre los dedos…

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