Los medios se hacen eco de la crisis económica, pero no tanto de la crisis social, que cuenta con unas tasas de suicidio elevadísimas, un porcentaje de divorcios estratosférico y unas cifras de venta de antidepresivos-ansiolíticos que no hacen más que crecer... Si a eso le añadimos que la mayor parte de las consultas de psicología son por malestar en el matrimonio, divorcio, celos, duelo, ausencia de pareja, etc. nos hace pensar que hay que ocuparse e intervenir a pequeña escala en el tronco que sostiene la mayor parte de nuestra vida adulta, esto es, la pareja.
Una mujer y un hombre, feliz en su relación, no sólo tiene mejor salud y esperanza de vida, sino que mejora con esa energía la de sus hijos, compañeros de trabajo, amigos y demás personas de su entorno. Además, la literatura, el cine, la música… nos instan a encontrar el amor, pero no nos dicen cómo mantenerlo. Y es que la relación que mejor se ajusta a nosotros no se encuentra, se construye.
Por lo tanto, me parece de vital importancia no sólo paliar en consulta las crisis y conflictos naturales que se dan, sino también, enseñar los fundamentos de una relación amable y duradera que sostenga y empodere a amigos miembros de la pareja.
