Tudela

Balance de fin de año

Cuando se acercan las fechas navideñas y el fin de año, muchas personas miramos atrás, y valoramos si hemos vivido el año tal y como queríamos, o por el contrario, no conseguimos nuestros objetivos. Tal vez unos objetivos que ya en la Nochevieja de 2014 nos propusimos conseguir para el 2015.

Si el resultado del balance del último año de nuestra vida fue positivo, nos sentiremos felices, plenos, tranquilos… nuestra vida va bien porque la tenemos “bajo control”. Qué se puede decir al respecto cuando las cosas son como queremos. Solo felicitarnos por ello y mantener la atención para que siga siendo así en el futuro.

Pero si por el contrario nuestro último año de vida ha tenido importantes momentos de fracaso (tener algunos es lo normal), nuestro sentir se tornará apagado, e incluso tal vez desmotivado para volver a establecer los buenos propósitos otro año más.

Es muy probable que revisando el año que termina, nos encontremos con las “mismas piedras de siempre” y que “siempre intentamos eliminar en el año que entra”. Es posible que este comienzo de año nos digamos: “Este año de verdad que sí lo conseguiré. Porque me lo voy a proponer más en serio que el año anterior”. Sin embargo tal vez podamos reconocer la misma motivación en años anteriores, y vernos igual que siempre.

Cuando a pesar de todos nuestros esfuerzos por conseguir algo, no lo logramos, tenemos dos opciones: (1) intentarlo de diferente forma, o (2) compadecernos con nosotros mismos con amabilidad. Es decir, abrazarnos compasivamente y dejar de luchar. Lo cual no debe confundirse con “abandonarse”, o “tirar la toalla”. Sino aceptarnos tal y como somos, integrando las desagradables consecuencias que esto conlleva, y haciéndonos responsables de lo que no podemos cambiar. Entendiendo que la felicidad no está en tener lo que se quiere, sino en querer lo que se tiene. Pudiendo ser éste, el único objetivo importante a conseguir para el 2016; dejarnos fluir con el devenir de la vida, en lugar de imponerle nuestra exigencia sobre cómo debería de ser.