Psicología

Amor y desamor

¿Sabíamos que hay verbos reversibles y verbos no reversibles? Por ejemplo “cocinar” no se puede “descocinar”, pero “coser” sí se puede “descoser”. Lo curioso aquí es que el amor corresponde a esos verbos reversibles, a pesar de la noción del amor para siempre. Podemos amar, y desamar.

Según el Instituto de la Mujer, en 2011 hubo 163.338 matrimonios y 110.651 divorcios (el 62%). Y la duración media de los matrimonios fue de 15 años. España ocupa el puesto 31 (de 82 países) según las Naciones Unidas. Los matrimonios se han reducido en torno a un 50% desde 1977, y los divorcios han aumentado en un 60% aproximadamente desde 1998.

Recapitulando, en España nos divorciamos más del doble de las personas que nos casamos. Y lo hacemos más del doble de personas que antes. Lo cual lleva a pensar que si esas parejas pudiesen ver su futuro, tal vez no se hubiesen casado. ¿Qué nos pasa?

Las causas de los divorcios y las separaciones son múltiples, y es imposible contemplar este tema con profundidad aquí, pero lo que sí podemos es darnos cuenta de la realidad que tenemos. Las estadísticas son útiles en cuanto a que reflejan lo que ocurre en una sociedad de millones de personas. Pero no deberían quedarse solo en un dato curioso. Si hacemos esto estamos desperdiciando su valor.

Estas cifras habrían de hacernos reflexionar profundamente sobre nosotros mismos, y no caer en el error de creer que “eso no me pasará a mí”.

Dos mensajes (analogías) importantes sobre esto podrían ser las siguientes:

1.- Cuando nos informan de la existencia de una epidemia, nos vacunamos para no padecerla “por si acaso”.

2.- Cuando nos detectan un tumor cancerígeno, inmediatamente lo tratamos, porque si no, sabemos que nos matará.

¿Por qué no nos comportamos igual con el amor? ¿Por qué no nos lo tomamos realmente en serio antes de casarnos? ¿Por qué no vamos “al médico” cuando detectamos que nuestro matrimonio empieza a no ir bien?