Exista Dios o no, si en Él creyera,
Sin abrigar un ápice de duda,
Que fuera su sutil mente mi aguda
Le pediría, sí, y me la cediera.
¿Te cabe que a un creyente no le diera
La testa prodigiosa que dio a Buda?
¿Tal vez con una corta, tarda y ruda
Consiguió alguien probar que Él existiera?
Si a mi solicitud Dios accediera
A darle en un pispás el recto curso,
¿No hubiera redactado ya el discurso
Con el que a todo quisque convenciera
De que Dios el ingenio santifica
De quien un poco más lo glorifica?