Ciudad Real es todo un tesoro por descubrir y está dispuesta siempre a sorprenderte. Tanto el área urbana como los pueblos circundantes y el entorno natural nos invitan constantemente a pasar un fin de semana descubriendo por qué La Mancha es mucho más que molinos y viñedos.
Empecemos por la catedral de Santa María del Prado, el monumento más importante de la ciudad, ubicada en el centro de la ciudad. Aunque tiene elementos renacentistas y de estilo romántico tardío, es un edificio mayoritariamente perteneciente al periodo gótico tardío construido en el siglo XV. Cuenta con la particularidad de albergar en su interior los restos mortales de Chante de Coca, confesor de los Reyes Católicos.
Seguimos con la Puerta de Toledo, el último vestigio de la Real Alcázar de Ciudad Real, y por ende símbolo de la influencia árabe en la ciudad. Data del año 1328 y es una de las ocho puertas que llegó a tener Villa Real, construida por órdenes del Rey Alfonso X. Las otras siete respondían a los nombres de Calatrava, La Mata, Granda, Ciruela, Alarcos, Santa María y la puerta del Carmen.
La puerta de Toledo fue declarada Monumento Nacional en 1915 y desde entonces ha atravesado varios periodos de reformas e intervenciones debido a los constantes problemas de humedad a los que se enfrenta la piedra con la cual está construida. Durante la más recuente de ella se hicieron descubrimientos fascinantes, como los cuatro bustos esculpidos en las bóvedas aquitanas que tiene en su interior.
La siguiente parada es, cómo no, el Museo Cervantino, un lugar dedicado a la figura del Quijote de La Mancha, el personaje más famoso de la región. Las muestras que se pueden disfrutar aquí son muy interesantes, sobre todo para los amantes de la obra de Cervantes, pues combina una selección de obras de artes dedicadas al personaje y contenido multimedia que se remonta hasta el siglo XVI y que representa un verdadero viaje en el tiempo.
Para cerrar esta selección con una opción natural, no podemos dejar de mencionar las lagunas de Ruidera, situadas en el valle del Alto Guadiana. Este maravilloso espacio natural está formado por varias lagunas conectadas entre sí superficial y subterráneamente y que propician la formación de cascadas en los días lluviosos de otoño y primavera. Sin duda un destino que no te debes perder en tu paso por Ciudad Real.
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