Los imprescindibles para el mantenimiento

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Si quiere que su jardín se convierta en la envidia de todo el vecindario, basta con que tenga en cuenta unos pocos consejos básicos y que se haga con algunos útiles de jardinería que le facilitarán tremendamente las labores de mantenimiento. Un cortacésped, un rastrillo para hojas, una tijera podadora, una manguera y alguna regadera para completar el riego serán suficiente material para cuidar su jardín que, además de un correcto regado, requerirá un par de abonados al año, alguna poda y poco más

Sistemas de riego

Así pues, el mercado pone a nuestra disposición aparatos cortadores de hierba desde 120 euros. Su adquisición es vital de cara a que el segado del césped no se convierta en una tarea engorrosa y se lleve a cabo de un modo uniforme. De igual forma, las abonadoras están pensadas para agilizar el proceso de abonado que, no obstante, puede realizarse a mano. Pero ¿para qué complicarse la vida si existen sencillas máquinas para el abono desde sólo 50 euros?

Así lo cree David García, del establecimiento Motocultores La Ribera en Tudela, quien sabe muy bien de lo que habla. García conoce lo más novedoso en aparatos para el mantenimiento del jardín, los biotrituradores, de los que destaca su utilidad, a pesar de no considerarlo imprescindible. Su precio mínimo asciende a 250 euros. “Como cada vez parece que tenemos más conciencia ecológica, los biotrituradores permiten desechar los residuos vegetales que acumulan los jardines”.

Los motocultores y motoazadas, también conocidas como “desbrozadoras”, se convierten en muy recomendables cuando se trata de jardines o superficies más grandes.

Pero quizá el aspecto que más valora la gente a la hora de montar su propio jardín con césped es, además de la dedicación que les supondrá el corte y segado de la hierba, lo que deberán invertir en el riego, tanto económica como temporalmente. Pues bien, de cara a los que tengan alguna duda, “el sistema de riego manual, a base de manguera, ya no se usa porque a la larga no sólo resulta más caro al consumir más agua, sino que no nos garantiza el mejor riego, ni el más uniforme”. dice David García.

Pero quizá el aspecto que más valora la gente a la hora de montar su propio jardín con césped es, además de la dedicación que les supondrá el corte y segado de la hierba, lo que deberán invertir en el riego, tanto económica como temporalmente. Pues bien, de cara a los que tengan alguna duda, “el sistema de riego manual, a base de manguera, ya no se usa porque a la larga no sólo resulta más caro al consumir más agua, sino que no nos garantiza el mejor riego, ni el más uniforme”. dice David García.

Al contrario de lo que pueda pensarse, por pequeño que sea un jardín, siempre que haya césped se requiere instalar el riego por aspersión. Este sistema y el goteo han sustituido prácticamente a las tradicionales mangueras y no digamos a las ya casi en desuso regaderas, tal y como explican desde Motocultores La Ribera. “Siempre que haya césped se requiere la aspersión porque realiza un riego más repartido y por tanto se consume mucha menos agua”, comenta David García, quien todavía va más allá en lo relativo al ahorro. “Y todavía se ahorra más agua y se hace más cómodo el riego a través de la programación o automatización del mismo”, expone. Hoy en día, la aspersión programada parece ser el sistema de riego más habitual, ya que su precio es más que razonable. “En jardines de entre 50 y 100 metros cuadrados es posible realizar la instalación por unos 200 euros, incluida la automatización”, asegura David García.

En cuanto al riego por goteo, sólo requiere la instalación de una tubería con pequeños orificios o aberturas que nos permitirán regar gota a gota zonas muy concretas del jardín, como pueden ser árboles o determinadas plantas. Su montaje se realiza desde 50 euros, dependiendo de la superficie.

Hay un aspecto que merece destacar según David García y es que, si se tiene un jardín, se tiene en condiciones, por lo que “es bastante recomendable hacer una inversión inicial en sistema de riego y material y olvidarse del tema para siempre. Porque hay personas dadas a las chapucillas que, si lo hacen con asesoramiento, vale, pero si no es bastante peor, ya que luego cuesta mucho más arreglarlo e instalar el sistema definitivo”, concluye García.