"Lo que más echo de menos es sentarme a almorzar con los amigos el día 24"

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La pantalla del ordenador portátil luce en la semioscuridad de su despacho del Ayuntamiento. Luis Casado lleva ya mucho tiempo amoldado a ese espacio de trabajo. Hace dos años fue reelegido por tercera vez como alcalde, y quizás la actual está siendo la legislatura con más quebraderos de cabeza. Como siempre por estas fechas, Casado anima a los paisanos y potenciales visitantes a tomarse un respiro y disfrutar de una "semana especial".



El verano llega revuelto, el Ebro se desborda, la crisis no remite... ¿tiene el alcalde ganas de fiestas?


Ganas de fiestas siempre se tienen. En su época las fiestas lo eran todo en términos de vacaciones. Ahora es un momento para cortar y para hacer un paréntesis, intentar deja todo lo malo aparte y disfrutar.



Puede que muchas personas les cueste estar en disposición de hacer ese paréntesis.


La gente generalmente siempre está en disposición de evadirse de los problemas, por eso buscamos una válvula de escape. Las fiestas son esa semana en la que nos proponemos disfrutar y pensamos que ya llegará el 1 de agosto y que ojalá sea mejor que el 23 de julio. Evidentemente, va a haber personas que ni siquiera se van a poder plantear esa válvula de escape porque lo están pasando muy mal.



Para usted, ¿las fiestas también suponen una especie de terapia o debe estar pendiente de muchas cosas?


No las vivo como antes, está claro. Estás todo el día preocupado para que no pase nada en el cohete, en el encierro, de que no salga nada mal en los fuegos... No se vive igual trabajando, aunque sea un trabajo protocolario, que a tu aire.



En 2011 fue de nuevo reelegido. ¿Qué balance puede hacer de lo que llevamos de la actual legislatura?


Haría dos balances. El primero, del funcionamiento del Ayuntamiento, y otro del funcionamiento de la ciudad. Con respecto al Ayuntamiento, las cosas están mejor que hace un año y medio. Pasamos una situación crítica en el cierre del ejercicio de 2011, cuando nos salieron las cuentas bastante negativas porque se dejó de ingresar bastante dinero. Tuvimos que tomar medidas muy duras encaminadas al ajuste presupuestario.


Desde febrero de 2012 hasta que hemos cerrado el presupuesto de 2013 ha sido un año muy duro. Salvar esa situación, asumir el déficit del ejercicio de 2011 y enderezar las cosas de cara a este año nos ha dado una tranquilidad importante.



¿Y con respecto a la situación de la ciudad?


En ese sentido, hay preocupación. El paro aumenta y la crisis se alarga y empeora la situación de mucha gente. Esperamos el 2014 con cierta esperanza. La nueva implantación de Uvesa, la llegada de la empresa de lácteos Saiona a la Ciudad Agroalimentaria y la incursión de Mercadona son buenas noticias para el empleo en Tudela. Eso nos hace pensar que las previsiones de que 2014 será un año en el que ya se irá hacia arriba aunque lentamente pueden cumplirse. Ojalá se cumplan.



¿Alguna novedad con respecto al TAV y su parada en Tudela?


Creo que, antes que con el TAV, Tudela no debe bajar la guardia con respecto a la parada de Mercancías. En el tema de pasajeros creo que estamos muy bien conectados para ser una ciudad que no es capital de provincia. Todo eso hay que agradecérselo a Teófilo Serrano, que hizo una gran labor en Renfe. Pero creo que debemos centrarnos en la parada de Altas Prestaciones de Mercancías, porque Navarra busca el desarrollo logístico de la comarca.



¿Palpa usted el desencanto de la ciudadanía con los políticos a pie de calle?


Hay un desencanto con la política, con los partidos, con todo lo que está pasando a nivel de Navarra... pero a nivel de política local creo que ese desencanto no es el mismo. Lo que se siente aquí es una insatisfacción porque no somos capaces de generar la riqueza necesaria para aliviar los problemas.



¿Eso le ha hecho pensar en tirar la toalla alguna vez?


Nuestra labor está infravalorada y eso no es bueno. Creo que hay un desconocimiento de la parte menos bonita de nuestro trabajo, como ocurre con todos. En nuestro caso, la gente mira a las comidas que tenemos, a los viajes que hacemos... Y comer todos los días con alguien y no en casa cansa, al igual que viajar. Y además, todo eso tiene una razón. En cierto modo ver que ese juicio se repite cansa, pero yo me presento a la alcaldía porque considero que puedo aportar cosas a la ciudad.



Volviendo a fiestas, ¿cuál es el momento que más le permite disfrutar?

Mi acto favorito es la procesión de Santa Ana La Vieja. Porque es al amanecer, no está masificado, es muy silencioso... aunque lo que más echo de menos es sentarme a almorzar con los amigos el día 24 de julio.



¿Cómo anima a la gente a disfrutar de estas fiestas?


A los de Tudela, que intenten hacer una pausa y lo pasen bien siendo respetuosos. A los que nos visiten, diciéndoles que van a ser muy felices aquí.