Plumas al cierzo

El éxito lo alcanza el fracasado

El día que murió Javier, mi hermano,
Navidad (¡paradoja!) del setenta
Y ocho (según le consta al que esto cuenta),
Llevaba cuatro reyes Dios de mano.

Recuerdo que el mejor samaritano
También cuatro monarcas (¡vaya afrenta!)
En su zurda albergaba; hace cuarenta
Años de aquel tortazo soberano.

Ni el grande Rafael, ora el arcángel,
Ora Sanzio, el pintor renacentista,
Ora Nadal, magnífico tenista,

Hubiera conseguido vencerlo, Ángel.
Así que no te sientas desolado.
Solo el triunfo lo obtiene el derrotado.

Ángel Sáez García