Ribera

Conocer para querer y querer para proteger y difundir

El “Humilladero” de Tudela, un claro ejemplo de patrimonio no sólo olvidado, sino maltratado...

La Ribera de Navarra cuenta con un importante patrimonio cultural.

En ocasiones, tendemos equivocadamente a resumir como piedras, letras o huesos nuestro patrimonio cultural. Sin embargo, éste incluye también todos los lugares, objetos y costumbres que tienen un significado cultural que es importante para nosotros y nos identifica como sociedad y nos vincula con la historia.

Una parte de este patrimonio es tangible –como los edificios, paisajes, sitios arqueológicos, estructuras industriales, etc.-, mientras que otra parte tiene un carácter intangible–, como nuestra lengua, el arte, la música o nuestras creencias religiosas. 

Conocer nuestro patrimonio cultural nos ayuda a entender una parte importante de nuestra esencia; pero no sólo se trata de conocer, hay que conservarlo y cuidarlo para hacer posible que ese “legado” que nos ha sido prestado, pueda perdurar y volver a ser disfrutado por generaciones futuras. -Somos responsables de ello-.

Tardaríamos en enumerar el patrimonio cultural del que debemos velar en la Ribera de Navarra. Por eso, desde las distintas asociaciones, fundaciones y entidades que nos preocupamos por la defensa, difusión, protección y mejora de nuestro patrimonio, tenemos la obligación de dar a conocer el valor del mismo, así como instar a las Instituciones a trabajar en pro del cuidado, protección, difusión y conservación de éste. –Es responsabilidad de todos-.

Una de las principales tareas que debemos abordar es la de educar a la sociedad en valorar el patrimonio, y esto es una labor de equipo que hay que plantearse y poner en marcha desde los distintos ámbitos en que se puede aplicar. Es necesario un plan de sensibilización centrado en la idea de que el patrimonio tiene un gran valor social y cultural incalculable. 

¿Cómo podemos querer, y por tanto cuidar, conservar y difundir un patrimonio que en ocasiones desconocemos? Hay que darlo a conocer para crear vínculo entre la sociedad y su patrimonio. Sólo inoculando el interés por el patrimonio cultural llegaremos a conseguir una sociedad preocupada por su conservación.

Aunque es cierto que en ocasiones, el interés no es suficiente. Necesitamos un compromiso por parte de las Instituciones, con responsabilidad en la materia, para no dejar en el olvido un patrimonio que pide nuestra constante atención. Son muchas las actuaciones que están pendientes y sabemos que hay que priorizar en economía, pero si entendemos estas actuaciones como “Economía Circular”, veremos que damos respuesta a una de nuestras fortalezas planteadas en la Estrategia Comarcal de Especialización Inteligente de la Ribera de Navarra (2017-2030), que es la importante dotación de recursos monumentales, histórico-artístico y culturales, susceptibles de puesta en valor por la actividad turística e investigadora. No podemos, por tanto, perder esto por la insuficiente dotación de recursos que garanticen su conservación y restauración. 

No podemos obviar una parte fundamental en todo este proceso, como es la difusión, en la que los medios de comunicación tienen un papel fundamental, facilitando que se pueda llegar a las personas para concienciar sobre nuestro patrimonio cultural, pero debemos ser conscientes de esta herramienta, la difusión, y aprovechar todos los canales de que disponemos. 

Somos muchos los agentes implicados en dar a conocer, conservar y difundir nuestro patrimonio arquitectónico, arqueológico, histórico, cultural… en la Ribera de Navarra, algunos dentro de la nueva Asociación Amigos del Patrimonio Arquitectónico de la Ribera de Navarra, pero es responsabilidad de toda la sociedad apoyar y colaborar para que esta riqueza reflejo de un pasado, una historia y una tradición siga siendo digna de ser conservada. El potencial a nivel patrimonial, humano e institucional es grande; pero de nada servirá sin una estrategia clara que marque el camino a seguir.