Buñuel

Un día para la memoria de nuestros difuntos

Como cada año, el 1 de noviembre, Todos los Santos, los cementerios volvieron a poblarse de familiares y amigos que visitan a sus seres fallecidos. Una jornada llena de recuerdos y de emotividad que se intenta alegrar con los cientos de flores que decoran las lápidas.

Este año el tiempo acompañó en Tudela y animó a  más personas a hacer la tradicional visita de sus respectivos seres queridos.

En Corella, sus vecinos volvieron a acercarse otro año más hasta su cementerio para rendir homenaje a sus fallecidos. Lágrimas y sonrisas se entremezcablan en las conversarsaciones de unos y otros al rememorar con cierta nostalgia recuerdos y anécdotas del pasado.

En Cadreita volvieron a cumplir con la tradición de visitar a sus seres queridos en el Cementerio Municipal y gran parte de ellos para depositar flores y centros en las tumbas de sus seres fallecidos.

También el camposanto de Valtierra ha registrado una masiva afluencia de personas cuyo número se ha visto diluido por lo espacioso del recinto.

Mientras tanto, el cementerio de Castejón volvió a acoger a numerosos visitantes de fuera de la localidad que se acercaron al Cementerio Municipal para honrar a sus seres fallecidos en esta localidad que ha sido, durante muchos años, cruce de caminos que atrajeron a gentes de todas las provincias españolas, algunas de las cuales fallecieron y fueron enterradas en Castejón.

La temperatura retrasó la afluencia de los vecinos al camposanto hasta bien entrada la mañana. Cabe resaltar la construcción de 90 columbarios destinados a acoger las futuras incineraciones.

En general, todos los cementerios riberos tuvieron una gran afluencia.