Desde finales de los setenta no se cumple en España con la tasa de reemplazo, 2,1 hijos por mujer, el índice de fecundación mínima necesaria para que una población se mantenga en el tiempo sin disminuir su volumen. Además, una tasa adecuada de fertilidad permite mantener su nivel de bienestar y crecimiento económico.
Los actuales índices de natalidad de España son preocupantes puesto que las tasas de natalidad no cesan de bajar y se calcula que el ratio de dependencia de la población mayor se incrementará aproximadamente en un 140% en unos 30 años.
En la actualidad, cada mujer tiene una media de 1,3 hijos y, pese a haber un pequeño repunte respecto a los años anteriores, todavía está muy lejos de los índices adecuados.
Las principales causas de este bajo índice tiene que ver con las condiciones del empleo y la igualdad de sexos. Las elevadas tasas de paro generan inseguridad laboral y retrasa el formar una familia, mientras que la poca flexibilidad laboral con la maternidad también afecta.
