Me dio por escribir
lo que mi corazón me decía,
no podía explicarlo con palabras
de la emoción que tenía.
Le pedí al santo
protección en la carrera,
que no me dejara,
que estuviera a mi lado,
lo sentí, sé que me escucho,
por que en la carrera él
protección me dio.
Sonó el cohete,
algo me dijo en mi interior:
ya estás aquí,
estas en la Estafeta,
olvídate de la gente,
concéntrate en la carrera.
Se acercaba la manada,
y vi a un niño pequeñajo en el sofá de su casa,
muy nervioso, que ni parpadeaba
era ver salir los toros,
y se le caía la baba.
Prometió un día
que esas emociones,
en el encierro las viviría.
Era su pasión
su devoción,
lo que él más quería.
Ese sueño
Lo estaba viviendo.
Sentí el miedo de la gente,
el respeto por un animal,
por una tradición,
por una forma de vida…
por una ilusión.
Con lágrimas en los ojos,
termino de escribir
lo que con palabras
no puedo explicar,
Porque lo que siento por el encierro...
No me deja ni hablar.
Pamplona,
Me vistes nacer,
te llevo en el corazón...
y a las ocho con orgullo le canto...
A tu santo copatrón.
¡Viva San Fermín!