El ‘progresista’ feliz

Había una vez un socialista que salió a cenar un sábado por la noche con su mujer. Y al pasar por un parque vio a su hijo de 19 años, tirado en la acera con un coma etílico, y se dijo: ahora si que hay libertad.

Y dos meses más tarde, cuando llevó a su hija de 16 años a abortar a la clínica dijo: y además de libertad, hay igualdad.

Y un día cuando llegó del trabajo, y encontró a su mujer con un forastero en la cama, gritó: ¡Viva la integración!

Se sentó en el sofá a ver la televisión y escuchó en el telediario como una banda, compuesta por dos europeos, cuatro americanos y tres africanos, habían introducido en España 3.000 Kgs. de cocaína, y se dijo: ¡He

aquí la alianza de civilizaciones!

Y después, cuando el forastero terminó, tuvo que llevarlo a su casa... Eran las tres de la mañana y, al pasar por una carretera solitaria, vio a un grupillo que estaba robando un campo de melones. Y pensó: ¡Qué bien va España, que algunos hasta hacen horas extras!