Moda

Moda y modos de entenderla

La moda, como concepto matemático, es el valor que más se repite en una secuencia.

Moda y modos de entenderla
photo_camera Moda y modos de entenderla

Cuando hablo con la gente de moda muchas personas me dicen "a mí no me gusta la moda, eso es de fashions...". También, hay quien me comenta que no entiende de moda y a quién se le ilumina la cara, me habla de todos los desfiles, temporadas y nuevos diseñadores de cada casa. Yo siempre digo lo mismo, todos entendemos, sabemos y por lo general, todos preferimos vernos bien, a vernos mal, pero quizá no siempre sabemos certero lo que queremos expresar con nuestro atuendo o no sabemos cómo construirlo. Quizá, también podemos creer que no es importante, que es superficial. Pero vestidos tenemos que ir, así que como sugiere Elizabeth Gilbert en “Come, reza, ama”, selecciona tus pensamientos de la misma manera que eliges la ropa que te vas a poner.

La moda, como concepto matemático, es el valor que más se repite en una secuencia. Seguir la moda, sería básicamente eso, pero la ropa es mucho más.

En sus inicios, la ropa tenía la misión de protegernos del clima y ampararnos del medio. Como en todo, una vez cubiertas las necesidades básicas, el ser humano evolucionó. Se buscaba diferenciar clases sociales, rangos, culturas y religiones. Nace el concepto de pertenencia, identificarte dentro un grupo, otra necesidad del ser humano.

A día de hoy, seguimos abarcando esta necesidad. De alguna manera, estar socialmente aceptados e incluidos en un prototipo de persona con la que nos sintamos identificados, sigue siendo necesario para mucha gente. Nos dividimos por clases sociales, religiones, géneros musicales, etc. Puedes hacer de tu atuendo un mitin político, un homenaje a tu gustos musicales o a tu equipo de fútbol. Pertenencia y exclusión suelen ir unidos.

Por otro lado, seguimos tendencias, antes lo marcaba la pasarela, que se inspira en la calle, en el espacio temporal y social que vivimos y lo traduce en ropa. Ahora son las influencers las que cogen de aquí y de allá y muestran su visión particular de la moda. Hay quien lo sigue para no descarrilar en lo que se lleva y lo que no, quien se inspira en ellas, y quien pasa en bicicleta, porque como diría Juan Magán, “no sigue modas”. 

Influencer no es un concepto nuevo, los plebeyos imitaban el vestuario de la corte con tejidos más pobres y dentro de sus medios. Un ejemplo es el corte imperio, que se popularizó durante el imperiode Napoleon Bonaparte gracias a la figura pública de Josefina (su primera mujer). 

He asesorado a muchas personas durante estos años, muchas me presentaban influencer para construir sus vestuarios, en mi opinión, una apuesta poco acertada. Es mejor conocer tus gustos, tus pasiones, tus cualidades y lo que tu consideres tus imperfecciones, así es como definiremos nuestro estilo de verdad, lo más auténtico. Luego puedes pasear por las tendencias de cada temporada y ver cual si va contigo y no con las instagramers que seguimos.

La moda no es algo frívolo, la moda expresa y es un reflejo social. Podrías conocer la personalidad de una ciudad yendo a echar un vistazo a Zara, ver qué hay en los percheros y luego irte a una terraza a tomar un café mientras ves pasar a la gente. Verás lo qué llevan y cómo lo llevan, lo que dicen y lo que quieren decir. La moda tiene un mensaje muy fuerte y ha ido comunicando a través de los años y la historia de todas la civilizaciones.

A nivel personal, la ropa que nos ponemos también nos lanza un mensaje a nosotros mismos. Arreglarnos y adornarnos es darnos un abrazo, es dedicar tiempo a querernos, a sacarnos brillo. Da igual que te gustes en leggings o en traje de noche, lo importante es que te gustes y no de seguir las últimas tendencias. Tampoco se trata de alimentar nuestro ego, si no de trabajar el amor propio. No somos imagen, pero es parte de nosotros, es nuestra carta de presentación. Lo que llevas, cómo lo llevas y cuándo lo llevas, es un mensaje en sí mismo. Tu debes saber lo que quieres transmitir en cada momento, tanto a ti, como a los demás. Evitemos encasillarnos en prototipos y atrevámonos a expresar nuestra verdadera personalidad