Buñuel

Gurelur presenta alegaciones al proyecto eólico en Buñuel

Desde Gurelur denuncian también "el acoso eólico al medio ambiente navarro".
Parque eólico
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Gurelur ha presentado alegaciones al proyecto de central eólica en Buñuel, por "el incumplimiento de la normativa que regula los Estudios de Impacto Ambiental, imprescindibles en la tramitación de este tipo de proyectos, principalmente en lo referente al artículo 35 de la Ley 21/2013 de evaluación ambiental y por las graves afecciones que su construcción ocasionaría en la ya acosada naturaleza ribera".

Estas mismas irregularidades se observan en todos y cada uno de los proyectos eólicos y solares, así como de sus líneas eléctricas de evacuación, que las empresas están presentando a la administración de forma desordenada y compulsiva, llegando en muchos casos a coincidir al mismo tiempo dos proyectos distintos en la misma zona. Desde Gurelur señalan que "el estudio de impacto ambiental presentado para este nuevo proyecto eólico es un corta y pega de otros proyectos y adolece de la mayoría de los requisitos que recoge la Ley 21/2013 y el Decreto Foral 56/2019 para este tipo de proyectos, lo que ocasionaría unas insostenibles afecciones ambientales".

"Entre las muchas carencias del proyecto presentado para Buñuel está la inexistencia de planos, la falta de alternativas, el no tener en cuenta lo recogido en el Plan Energético Navarra 2030 y los planes de Ordenación Territorial", señalan. Además, aseguran que no han presentado el preceptivo estudio faunístico y han obviado la información referente a la presencia de bebederos, de edificios agrícolas, ruinas, barrancos, charcas y otras masas de agua, así como de otros puntos de interés para la fauna, especialmente la voladora, en el entorno de la Central proyectada. Todo ello imprescindible en cualquier estudio de impacto ambiental.

Entre las afecciones ambientales que las centrales eólicas están ocasionando está la mortandad de aves y murciélagos por impacto con las palas de los aerogeneradores y electrocución con líneas de evacuación, de tal forma que según estudios del propio Gobierno de Navarra, en 11 de las más de cuarenta centrales eólicas mueren al año 8.000 ejemplares de fauna protegida entre aves y murciélagos.

La Consejería de Medio Ambiente, que está autorizando estos impactantes proyectos industriales independientemente de las afecciones que ocasionan, sabe que en el año 2007 el Gobierno de Navarra dictó un Decreto Foral en el que recogía una moratoria por la colmatación que sufría, ya por entonces, la naturaleza navarra de este tipo de infraestructuras. Ahora ya es insostenible la ejecución de nuevas centrales. En estos momentos se están construyendo centrales en zonas que con anterioridad se rechazaron por ser inviables ambientalmente. Todo les vale para seguir industrializando nuestros montes y campos, sin importar el valor del patrimonio natural perdido.

La administración navarra, si de verdad se cree la mentira de que la energía eólica que se está produciendo en nuestra Comunidad es sostenible, debería apostar por la repotenciación de las centrales ya instaladas minimizando su impacto, la eliminación de los aerogeneradores que están diezmando a las aves y a los murciélagos, y sobre todo rechazar cualquier proyecto eólico que contengan un estudio de impacto ambiental como el presentado para el proyecto de Buñuel que infravalora los impactos que el proyecto va a ocasionar a las aves, al ecosistema, al paisaje y a los usos tradicionales.