Tudela

Un capitán con ADN blanquillo

19-Jesus-Lalaguna-capitan-del-Tudelano-1165.jpg

“Si me preguntan antes de empezar, sabiendo que íbamos a estar a estas alturas con los números y la racha que llevamos, diría que es una tenporada de 10, sin duda”. Jesús Lalaguna (Cortes, 1988) habla a modo de balance pero todavía transmitiendo que la guinda del pastel, ya dulce de por sí, puede convertirse en el mejor colofón posible a un menú inolvidable y delicioso. Lo dice un capitán, un chico sencillo, muy ligado a su pueblo, y que todos los días de la semana compagina los entrenamientos con su trabajo como administrativo en la empresa Urzante. “Todo el día haciendo facturas”, comenta con una sonrisa, pero añadiendo que “el fútbol no dura toda la vida”. Un jugador, además, con la sangre blanquilla y el ADN del CD Tudelano muy dentro.

La temporada del defensa cortesino no dibujó unos inicios sencillos ni llevaderos. Su aparición en el once inicial de la primera jornada de Liga ante el Izarra, el 23 de agosto de 2015, suponía su primer partido oficial desde septiembre del año anterior. De por medio, una grave lesión de rodilla que le puso a prueba, física y psicológicamente. “Nunca había tenido una lesión tan fuerte y pasé un año muy complicado. Fueron muchos meses de mañanas y tardes enteras recuperando con los fisios,  y, al volver a entrenar, a veces te entran las dudas, al meter la pierna o entrar muy fuerte. Y luego tienes que volver a coger la forma. Por suerte, con partidos y trabajo se consigue”, cuenta.



Un grupo compacto

Lalaguna muestra en su DNI una edad bastante joven dentro de la media del equipo. A sus 28 años, lo de ser capitán -condición que ostenta desde hace cuatro temporadas- lo asume con naturalidad. “Con este vestuario es fácil. En todo el tiempo que llevo en el Tudelano nunca ha existido ningún mal rollo. Somos como una familia, como una cuadrilla de amigos y este año aún más por todos los viajes que hacemos. Si hubiese mal ambiente, cada uno haría la guerra por su cuenta y nada funcionaría. Con nosotros es todo lo contrario”, afirma.

Esa compenetración ha supuesto una de las muchas claves para encadenar una racha de resultados espectacular. “Obviamente, es la consecuencia de hacer las cosas bien, pero también estamos teniendo ese pelín de suerte que hace falta para prolongar estas situaciones”, explica el capitán, quien, no obstante, remarca el enorme mérito de la plantilla. “Los viajes pesan a Galicia y Asturias pesan mucho en las piernas y aún así hemos ganado o puntuado en campos complicados. Los resultados y el buen trabajo están ahí a la vista”, subraya. En su caso, además, las horas de autobús en ocasiones se unían con la obligación de ir directamente al trabajo nada más llegar a Tudela. “No podía comerme todos los días de fiesta del año para cogerme los lunes y descansar más, así que algún inicio de semana ha sido pesado”, admite.



La antesala de la élite

Este grupo de amigos que lo pasan bien jugando a fútbol y además compite con hambre y hechuras cada fin de semana está formado por una amalgama de futbolistas de diferente condición. Los hay que han catado la élite de manera en ocasiones puntuales, como Chema Mato o Eneko. También quienes la han rozado y, como en el caso de Lalaguna, quienes se encuentran ante la puerta d entrada a una ocasión histórica para conocerla. “El paso sería grande, desde luego. Esta temporada y las anteriores ya hemos jugado contra equipos fortísimos, como el Ferrrol o el Racing, pero estar en Segunda serían palabras mayores. Estamos ante una oportunidad histórica y ojalá podamos conseguir el ascenso”, señala el cortesino.

El capitán banquillo reconoce que el Tudelano, también cuando estaba en Tercera División, diseñaba buenas plantillas. “La de esta temporada puede plantar cara a cualquiera, de eso estoy seguro, porque se ha visto a lo largo de la temporada regular. Cualquier rival de los que está en la fase dará guerra, pero nosotros también llegamos muy enchufados”, reconoce.



En este curso, Lalaguna, que suele marcar algún tanto aprovechando sus condiciones para rematar en jugadas a balón parado, aún no ha visto puerta. “Ojalá fuera en el ‘playoff’ y sirviera para algo, pero con defender bien, que es lo que tengo que hacer, me conformo”, comenta entre risas. Al igual que sus compañeros, el capitán ha acogido con ilusión y agradecimiento la movilización de los aficionados en esta recta final de temporada. “Su apoyo en la grada  se nota mucho, lo hemos vivido en momentos importantes. Cuando estás fundido, te pueden levantar, y espero que tengamos ese aliento ahora”, señala.