Tarazona

Turiaso deslumbra en Semana Santa

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Su condición de ciudad episcopal hace a Tarazona engalanarse con motivo de la Semana Santa, declarada Bien de Interés Turístico Regional. Ya desde siete días antes, los actos relativos a la celebración religiosa se suceden en los escenarios más emblemáticos de la antigua Turiaso.

Un total de nueve cofradías conviven en los diferentes templos religiosos de la ciudad y preparan con mimo cinco días en los que los vecinos y cientos de visitantes se agolpan en las calles para presenciar procesiones de elevada solemnidad y sobria estética.

De todas las salidas de pasos  y actos que se desarrollarán desde el 11 hasta el 20 de abril,

la señal de imprescindible se puede colocar en tres de ellos. Uno, fue la exaltación de cornetas, bombos y tambores del sábado pasado día 5 de abril que se celebró en la Plaza de Toros Vieja, y el posterior desfile que finalizó en el Polideportivo Municipal. Tanta aceptación como la concentración de los músicos de las cofradías genera el Via Crucis

del Viernes Santo, a las 12 horas desde la parroquia de la Inmaculada.

A las 20 horas del mismo día, llega el momento más esperado por feligreses y, por qué no decirlo, multitud de turistas que se acercan a la ciudad: la procesión del Santo Entierro, en la que toman parte las diez cofradías turiasonenses y los alabarderos, en la que es una de las procesiones más espectaculares de la zona a nivel nacional. Todos los actos de la Semana Santa turiasonense movilizan a aproximadamente 900 cofrades y el pasado año las estimaciones del Ayuntamiento de Tarazona hablaron de 3.000 turistas.

La Comarca también atrae

Además de la propia Semana Santa, estas fechas son también propicias para admirar el enorme patrimonio de la ciudad y de las numerosas localidades vecinas que forman la comarca del Moncayo. La Catedral de Santa María de la Huerta, en cuya restauración ha trabajado durante muchos años la Fundación Tarazona Monumental, consituye una joya de la arquitectura religiosa aragonesa.

La presencia del Moncayo confiere a la zona un carácter especial, que ha quedado marcado en cada piedra y cada esquina de las calles de los coquetos y pequeños municipios vecinos de la comarca. Tierra de tradiciones arraigadas, ofrece al viajero rincones legendarios a pie de monte, como la magia de Trasmoz y sus brujas, cuya huella 'becqueriana' se contagia hasta el Monasterio de Veruela.

La reminiscencia del múdejar también se hace patente en la propia Tarazona y el románico

adquiere categoría de emblema en la fabulosa iglesia de Litago.

Por supuesto, las posibilidades del Parque Natural del Moncayo no se reducen solamente al puro ocio deportivo, pese a que el senderismo y el cicloturismo constituyen dos de las actividades más extendidas en la zona, acondicionada con caminos y pistas señalizados y en buen estado de conservación. Los aficionados a la micología probablemente no podrán disfrutar de la cantidad de ejemplares que el monte ofrece en otoño, aunque sí tendrán la oportunidad de visitar puntos como el Centro de Micología de San Martín de Moncayo.

Para conocer la fauna y la flora típicas del parque, y a medio camino entre las faldas y la cima, se encuentra el Centro de Interpretación de Agramonte. Mediante paneles interactivos y maquetas ilustrativas, el centro muestra información sobre geología, vegetación y las múltiples especies animales de la cara norte del Moncayo.

Tradición y adaptación a los nuevos tiempos

Las imágenes y tallas que salen en procesión en Tarazona tienen un destacado valor artístico e histórico. Como curiosidad hay que señalar que la más antigua es la imagen del Santo Cristo que los franciscanos donaron en 1565 a la Venerable Orden Tercera. Pertenece a la Cofradía de las Siete Palabras y del Santo Entierro y sale en la procesión del Viernes Santo, que se celebró por primera vez en Tarazona en el año 1629. Acompañando a la imagen iban los alabarderos y un niño que hacía de paje, dos tradiciones que hoy siguen presentes. Por segundo año consecutivo, vecinos y visitantes podrán también participar en la procesión de las Siete Palabras, que tiene lugar el Viernes Santo y que se recuperó la pasada edición después de cuarenta años sin celebrarse. “La Semana Santa ha ido ganando en calidad y espectacularidad gracias a la implicación de los cofrades”, destaca la concejal de Turismo del Ayuntamiento de Tarazona, Waldesca Navarro, apuntando que se ha convertido

en uno de los principales atractivos turísticos y culturales de la ciudad.